Una leve mejoría de Central

El equipo auriazul se ordenó en lo táctico, pero sigue careciendo de definición

Central mostró una leve mejoría en cuanto a lo táctico. Esta vez a la solidez defensiva, que había mostrado en los primeros partidos, le sumó algo de orden y con esto consiguió, al menos, esbozar una identidad en el juego colectivo.
Aunque parezca muy poco, no lo es. Ya que hasta anoche muchos eran los canallas que se preguntaban a qué jugaba este Central.
Pero los problemas siguen en dos aspectos fundamentales. El equipo carece de una coordinación en la zona de volantes y padece una alarmante falta de definición.
Diego Erroz y Marcelo Quinteros nunca alcanzaron a transformarse en salida, cometieron sucesivos errores por falta de precisión y otorgaron grandes ventajas en la marca. Algunos arrestos de Daniel Quinteros, respaldado muy de cerca por un eficiente Muñoz Mustafá, facilitaron el equilibrrio en ese sector.
Con relación al enganche, tan necesario como indispensable para la gestación, De Bruno aportó algunos matices de claridad, pero luego su lentitud dejó a las intenciones en evidencia. Lo que permitió la programación de Boca para contrarrestarla.
Las cualidades de Germán Rivarola le dieron a este Central un carácter más ofensivo. Un juego más dinámico, que se complementó de buena manera con el vértigo de Federico Arias, quien con sus piques cortos y su velocidad incontenible colapsó a una defensa de Boca que da muchas ventajas, tanto por los laterales como por el sector central.
Pero el Torpedo no puede sólo. Necesita indefectiblemente de un receptor a sus desbordes y envíos. Y en este momento, Juan Antonio Pizzi no se lo puede ofrecer.
La mejoría es leve, pero es mejoría al fin. Sin dudas que Jota Jota López deberá trabajar mucho para empezar a definir los nombres y el esquema colectivo que pretende. Porque con ambas cosas, les podrá entregar a los hinchas de Central una identidad fubolística que todavía no tiene.
La selección y las elecciones le darán ese tiempo necesario, y ahí sí en el próximo partido llegará la hora de la verdad. Ya no habrá espacios para las excusas, sólo habrá lugar para los resultados.