A Oscar Paquito Ferreyra y Andrés Pillín Bracamonte ya no los busca la policía. El juez que investiga los incidentes del sábado en el estadio de Rosario Central levantó el pedido de captura contra los dos barrabravas canallas. Por esa razón, aunque no quedaron desvinculados definitivamente de la investigación, ya no hay orden de detenerlos. La decisión de levantar la orden de captura es del juez en lo correccional Nº 10, Daniel Acosta, el mismo que el domingo había pedido el arresto del líder del sector barrabrava conocido como Pillines y de uno de sus principales lugartenientes. Ese mismo día la policía allanó un lugar donde se suponía que podía estar Ferreyra, pero el procedimiento dio resultados negativos y hasta el lunes se lo consideraba un prófugo al igual que Bracamonte. Sin embargo, la investigación habría dado un vuelco decisivo en las últimas horas. Esto ocurrió a partir de la declaración de algunos testigos y también de las víctimas y presuntas víctimas -hinchas de Rosario Central y de Nueva Chicago, rival de los canallas el sábado pasado- supuestamente golpeadas por Ferreyra y Bracamonte, entre otros barrabravas. Estas personas declararon que conocen a sus agresores y que pueden identificarlos, pero ninguno de ellos dijo que se tratara de Paquito o de Pillín. Además, existirían ciertas dudas en torno a las declaraciones de algún testigo que sí los sindicó a ellos como los agresores. Frente a estos indicios, el juez Acosta resolvió dar por terminada la búsqueda de Bracamonte y Ferreyra, al menos por ahora. "El juez consideró que no hay elementos para suponer que fueron los agresores", reveló ayer a Ovacion una fuente del caso. De todos modos, el juez espera más pruebas para tomar una decisión definitiva. Entre ellas está la filmación de los incidentes registrados en el Gigante de Arroyito. "Hay probabilidades de que con esas imágenes sepamos definitivamente quiénes fueron los agresores", especuló la fuente citada más arriba. En principio se había acusado a los dos barrabravas de atacar a hinchas de Central, y de cruzar todo el estadio -desde la cabecera de Regatas hasta la de Génova- para agredir también a simpatizantes de Nueva Chicago y robarles algunas banderas. Pero ahora esta hipótesis parece desvanecerse porque ninguno de los dos estaría involucrado.
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