"Cabeza de Tigre" es la ópera prima de Claudio Etcheberry, protagonizada por Héctor Alterio, Damián de Santo, Pablo Cedrón y Roberto Vallejos. El filme, que se estrena hoy en Village, cuenta el fusilamiento de Liniers, el héroe de la recuperación de Buenos Aires durante las invasiones inglesas, a manos de los revolucionarios de mayo, entre los que se contaban Juan José Castelli y Mariano Moreno. Declarada de interés nacional, "Cabeza de Tigre" se propone también como un proyecto educativo, ya que en cada ciudad donde se exhibe el filme se ofrecen funciones especiales, a precios rebajados, para colegios secundarios, a lo que se suma una cartilla para el trabajo en el aula después de haber visto la cinta. Esta forma de mostrar la película no la convierte en un ejercicio didactista, adelantó el director y añadió que el efecto que provoca el filme es el de "disparador". "Después de ver la película los chicos quieren saber más de nuestra historia. Haber visto a los héroes como personas hace que se despierten las preguntas y se quiera investigar y saber más de ellos", aseguró Etcheberry. -Sos profesor de historia y esta es tu primera película. ¿El debut tenía que ser sí o sí con un filme histórico? -Creo que sí (risas). En realidad, yo hice el profesorado de historia y después hice la carrera de realizador cinematográfico, con especialidad en guión. La tesis que trabajé era el proyecto de lo que es hoy "Cabeza de tigre". Después tuve la suerte de poder trabajar con Juan Bautista Stagnaro en el libro y me presenté en un concurso de ópera prima y gané el primer premio. A partir de allí se fue dando esto que al principio era bastante impensado. Trabajé un libro y una tesis mientras estudiaba. -¿Se puede enseñar historia a través del cine? -La película no enseña historia. Es una película que se afirma en hechos de nuestra historia pero cuenta el drama humano por el que pasaron los seres humanos que intervinieron en el fusilamiento de Liniers, como fueron Castelli, Moreno y French. El resultado de la película es que te lleva a la historia, a la discusión, a las preguntas y a la búsqueda. Es un disparador y marca que hay un gran vacío en el tema de la historia. Todavía hay que hacer mucha discusión, incluso ideológica, sobre nuestra propia historia y ahondar más en los hechos del pasado para ver cómo llegamos hasta acá. -¿Liniers es un antihéroe? -En la historia y en la película Liniers está puesto como un personaje de un valor importante, casi un héroe. El mismo Liniers se apoyó sobre esta cuestión, ya que había sido el héroe de la reconquista de Buenos Aires en las invasiones inglesas. Fue el único virrey que se transformó por el apoyo y el consenso del pueblo. En la película se muestra cómo Liniers se va quedando a la zaga de los hechos propios de la historia, cuando estaban pasando cosas como la Revolución de Mayo. Creo que Liniers no estaba a la altura de los momentos que se vivían y de las intenciones que animaban a la tímida Primera Junta, que tenía diferencias tendencias, como hacer una revolución. Liniers no lo vio y se quedó en la fidelidad a los mandatos de la corona española. -¿La perspectiva es nacionalista? -La película no está ni a favor ni en contra de Liniers ni de los revolucionarios de mayo. En la experiencia de mostrar la película, se da que hay gente que sale convencida de que es la película de Liniers y otra que sale pensando que es la película de los revolucionarios. Lo mejor que me pasó como director es ver que cada espectador se llevó su propia película. Yo pienso que la película termina en el corazón y en la cabeza de la gente, no en la moviola ni en el estreno. -¿Qué opinaron de la película los chicos que la vieron? -Antes del estreno recibimos una propuesta de la Secretaría de Educación en Buenos Aires para pasarles la película a 4.000 chicos, que en su mayoría jamás habían ido al cine, eran chicos de las zonas más carenciadas, de 13 y 14 años. Fue una experiencia magnífica, porque la recibieron con una adhesión inusitada y dijeron que era una brisa de aire de fresco, una manera de conocer la historia desde otro lugar y ver a los próceres del bronce humanizados en la pantalla. Ver que los héroes eran gente como nosotros hizo que los chicos quisiesen saber más de nuestra historia. -¿La postura de Liniers es un ejemplo de ética para los tiempos que corren? -En la película hay dos éticas. Una es la del que mata por convicción y lealtad a sus ideales, con todo el sentimiento de amor y de respeto que tiene por Liniers, y es la ética revolucionaria. Y después está la ética del que elige morir en sus ideales y no traicionarse a sí mismo y a toda su trayectoria por querer salvar su vida. -¿Siempre pensaste en Héctor Alterio para el papel de Liniers? -Sí, lo que no sabía es si lo iba a conseguir. Para mí hacer mi primera película y tenerlo a Alterio era un lujo. Los actores se sumaron de entrada al proyecto, y su compromiso fue más allá de que "Cabeza de tigre" sea una película más en su filmografía. Estaba la idea de participar en algo, como es una película histórica, que todos creen necesario aunque es muy difícil de hacer. Nadie del elenco dudó de que exista la necesidad de este tipo de cine. -La novela histórica pasa por un gran momento, ¿por qué no pasa lo mismo con las películas históricas? -Lo que pasa es que la literatura es más barata que el cine (risas). Como el cine es una industria muy cara, los capitales que financian la película van a lo seguro y no quieren correr la aventura del filme histórico, que implica mucho equipo, elenco, ambientación, vestuario y mucho más. De todas maneras, creo que "Cabeza de tigre" abre un camino distinto en el tratamiento de la historia en el cine, como la novela lo hizo en su momento con la historia. F. T.
| |