El volante ofensivo rojinegro Damián Manso ganó la pulseada en comparación con su par de River Plate Ariel Ortega en un punto fundamental: tuvo una participación mucho más activa tanto en el juego individual como en el asociado.
A modo de ejemplo, Manso devolvió en gran forma la pared a Diego Quintana en la jugada del primer gol de Newell's, mientras Ortega dilapidó una buena llegada por la izquierda, que terminó en un centro sin destinatario en vez de patear al arco de zurda, cuando había quedado solo con Palos.
Manso hizo amonestar tempranamente a Pedro Sarabia, que lo cruzó a destiempo a los dos minutos, y tuvo a maltraer a Leonardo Astrada, mientras Ortega no pudo durante todo el primer tiempo con la férrea marca de Leonardo Ponzio.
El volante rojinegro decayó en el complemento, cuando fue mejor marcado por el ingresado Guillermo Pereyra, y también porque se cansó, aunque hasta se dio el lujo de cortarle un contraataque al propio Ortega.
El mediocampista millonario, en cambio, jugó más de punta, por la derecha, y mejoró su rendimiento. Sin embargo, le sacó un gol cantado a Damián Alvarez, cuando despejó como un defensor un centro de Cuevas.
En síntesis, Manso jugó hasta que se cansó y Ortega recién lo hizo cuando lo dejaron.