Fabiana Monti
La batalla por liderar el mercado de las semillas y los agroquímicos continúa y Expochacra es el escenario donde se presenta toda la artillería de las empresas que invierten en desarrollo para capturar los nichos posibles. La tendencia indica que si bien el esfuerzo en biotecnología es grande, también se están preservando los cultivos convencionales, en muchos casos relanzando o mejorando variedades con buena performance, ante la resistencia que presentan algunos mercados a los transgénicos. Las propuestas apuntan a paquetes integrales y una nueva línea se está trazando, que apunta a los ciclos cortos, sobre todo para la soja. Los maíces con alto valor oleico también están ganando más puntos en la atención de las compañías, aunque todavía se evalúa como "lejano" y "para pocos" el mercado de productos específicos. Los semilleros y empresas de agroquímicos se alinearon en Expochacra en un objetivo común: seducirlo para que en la próxima campaña elija lo mejor. Y lo mejor tiene varios nombres, distintos ciclos y numerosas virtudes. Y ahí comienza la pelea. Los maíces se llevan el puesto número uno en materia de innovaciones, con variaciones que van de su resistencia a insectos hasta los convencionales colorados con destino industrial y los de alto contenido de valor oleico. De esta manera empresas como Nidera, Monsanto, Syngenta o Aca contraponen distintas propuestas. En el caso de Monsanto llevó como caballito de batalla el maíz con mayor contenido de aceite, que se está haciendo punta de lanzamiento en Argentina. Desde la perspectiva de los semilleros, las mercados indican una tendencia a la especialización y a los productos diferenciados que obtienen un plus extra por su especificidad. De todas maneras advierten que este proceso no será masivo y estiman que puede significar un 10 % de lo que se comercializa en maíz. También señalan que faltan todavía despejar algunas trabas comerciales y políticas para que se desarrolle con más fluidez. Aún así, se está invirtiendo en investigación para modificar aspectos como vitaminas o proteínas en pos de ir posicionándose en esta alternativa. El discurso se unifica a la hora de señalar la competitividad en el sector y la necesidad de que los productores aumenten su inversión en tecnología. "El que no pueda hacerlo, desaparecerá", afirmaron. En soja, otra tendencia que muestran los expositores, además de las distintas variedades resistentes a Round up y a enfermedades, es la inclinación a desarrollar semillas de ciclo más corto. En la última campaña hubo un incremento de estas variedades y en el mercado comenzaron a entrar lotes muy tempranos. "Hay una tendencia en este sentido porque la siembra directa y la tecnología en cultivo permitió tener buenos resultados en tiempos más cortos. Esto favorece el adelanto de la cosecha ya que la soja compite con el maíz, y sin mermar rendimientos", indicaron. No obstante, también se especificó que hay regiones que necesitan materiales de ciclo más largo para tener estabilidad en el rendimiento. Frente a la permanente proliferación de semillas cada vez más específicas de acuerdo a cada ambiente y cada región, algunos sostuvieron que "los buenos materiales funcionan en varios ambientes". En ese sentido, y a los efectos de los obstáculos que presentan algunos mercados a los productos transgénicos, casi todas las firmas relanzan materiales convencionales o los mejoran. Aca pone el eje en esta línea y sólo está lanzando al mercado una variedad de soja genéticamente modificada. En cuanto a los agroquímicos, vienen de la mano de distintos paquetes tecnológicos con variedades de productos como herbicidas, fungicidas y fertilizantes, que se están tratando de imponer en mayor medida en la soja. La guerra continúa y los resultados se observarán en las nuevas campañas. F.M.
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