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 domingo, 09 de septiembre de 2007  
La radio desde adentro

Jorge Salum / La Capital

Periodismo
  • El mundo cada 30 minutos, de Aldo Ruffinengo. UNR Editora, Rosario, 2007, 92 páginas.

    ¿Cómo se hace radio en Rosario? O más exactamente: ¿cómo se produce información en las radios de Rosario? La respuesta a este planteo es el objetivo de “El mundo cada 30 minutos”, de Aldo Ruffinengo. El autor es licenciado en periodismo egresado de la Universidad Nacional de Rosario y el libro es el trabajo con el que obtuvo el postítulo en Periodismo y Comunicación.

    Acaso por la conciencia de lo amplio que resulta el concepto de informar a través de la radio, y condicionado por la naturaleza efímera de casi todo lo que ella produce, Ruffinengo centró su análisis en los departamentos informativos de las tres emisoras de amplitud modulada de la ciudad: LT2, LT3 y LT8.

    Los departamentos informativos son la cocina donde se producen los noticieros que salen al aire cada 30 minutos. El autor de “El mundo...” habló con ellos para entender las claves acerca de cómo se crean esos espacios, micros de no más de dos minutos en los que la radio da un pantallazo sobre lo que pasa en la ciudad, el país y el mundo apenas con un título y una frase y, sin embargo, a juzgar por su permanencia en el tiempo, logran su objetivo: informar.

    El formato del noticiero cada media hora es casi tan viejo como la radio misma, aunque hasta ahora nadie le había prestado atención como objeto de estudio y análisis: cómo se hacen, quiénes y con qué recursos, con qué objetivos.

    Es lo que se propuso Ruffinengo, quien se centró en Rosario. Lo abordó con el rigor que exige un trabajo académico, pero no lo hizo desde un marco teórico sino con el invalorable aporte que realizan las personas (productores, periodistas, movileros) que construyen esos informativos. Rigor académico, sí, pero con abundante trabajo de campo.

    Su búsqueda abordó todos los aspectos incluidos en una tarea que obliga a los periodistas de las radios a saber qué, cuándo, dónde y cómo ocurren las cosas que los oyentes necesitan o esperan saber para entender lo que pasa, y hacerlo con la urgencia que implica salir al aire cada 30 minutos.

    Una vez que identifica las claves de esa tarea (la cocina de la producción, la construcción de la agenda informativa, el manejo de las fuentes), el autor permite que sean los propios informativistas quienes revelen cómo construyen esos boletines que, aunque breves, permiten a los oyentes hacerse una idea de lo que llamamos realidad, desde un aspecto pequeño e imperceptible como un corte de calles hasta un acontecimiento único y global como un ataque terrorista a miles de kilómetros de distancia.

    Se trata, entonces, de un aporte que enriquecerá a los estudiantes de periodismo y comunicación social y también a los oyentes que tengan interés en saber cómo se crean esos resúmenes de noticias que, al menos por ahora, subsisten pese a la revolución digital.


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