Las ferreterías sufren el acecho de los grandes

La aparición de grandes superficies en el rubro modifican el mapa del sector

El sector ferretero y de materiales para la construcción recibió los beneficios del boom de la construcción pero, a contramano del dicho, no hay bien que dure cien años. El segmento comercial que agrupa actualmente a 17 mil puntos de venta en todo el país —de los cuales un 85 por ciento son del rubro minorista que ocupan a unas 300 mil personas—está atravesando una coyuntura crítica por la llegada de las grandes superficies.

Como en otras épocas le ocurrió al comercio minorista de alimentos o del rubro textil, la aparición de megasuperficies está impactando en el sector y los datos son palmarios: por cada puesto de trabajo que se crea en las grandes superficies se pierden siete en los comercios chicos.

Esta evaluación surge de un estudio encarado por los propios comerciantes del sector, en el cual se tuvieron en cuenta variables como el empleo propio en las ferreterías, los pequeños proveedores, fabricantes y todo los eslabones de la cadena de compra y cuyas conclusiones se debatieron en la Expoferretera 2007, exposición internacional que se desarrolló en Buenos Aires.

Juan Carlos Mariño, representante gremial de la Cámara de Ferreterías de la República Argentina (Cafara), explicó que los principales conflictos a los que se enfrenta el sector están relacionados con la instalación de grandes superficies comerciales y con las dificultades de los sectores más chicos para emprender acciones de marketing y reposicionamiento.

Cuando esta suerte de shoppings de artículos de ferretería y para la construcción se instalan en las cercanías de los centros comerciales barriales tradicionales el efecto negativo es mucho mayor, aseguró Mariño. “Lo agravante es que defienden una falacia como es el hecho de que generan puestos de trabajo y desarrollo económico, cuando en realidad está demostrado que no es así”, dijo.

La otra problemática que remarcó Mariño es que los comercios minoristas no pueden destinar grandes sumas a campañas publicitarias, pero advirtió que salvo las llamadas “ofertas gancho muy puntuales”, los comercios barriales tienen mejores precios.

Tal es el estado de incertidumbre imperante en el sector que ya se piensa en una estrategia común de comunicación, que permita implementar un logo identificatorio a las ferreterías en la que se resalte la cercanía o la proximidad de este tipo de comercios y la confianza con el cliente.

También analizan la incorporación estratégica de otros rubros no tradicionales a las ferreterías y esperan así desarrollar las potencialidades del sector, entre las que priorizan la captación de la confianza de los proveedores, con la idea de que éstos apuesten a los comercios minoristas como punto de venta de sus productos.

Además, están reclamando políticas activas para el sector a los gobiernos nacional y provinciales, entre las que se destacan el acceso al crédito y la limitación y reglamentación de la instalación de grandes superficies.



La realidad local

Para Luis Villar Rojas, presidente de la Cámara de Ferreterías de Rosario, los distintos modelos y programas económicos han provocado cambios no sólo en el ámbito económico sino también en lo social, y se profundizaron en los modelos actitudinales de consumo. Aclaró que muchos comercios más pequeños fueron tomados por sorpresa sin tener siquiera la oportunidad de reconvertirse. Sin embargo, vio con buenos ojos la implementación de un proyecto de carácter asociativo para poder recuperar la rentabilidad del sector.