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 domingo, 05 de agosto de 2007  
El cazador oculto: “Llegó la hora de terminar con Internet”

Ricardo Luque / Escenario

Elton John tiene razón. Hay que cortar por lo sano. Hay que abolir la Internet. Sí, hay que clausurarla, bajarle la persiana, cerrarla con candado y tirar la llave a lo profundo del mar. Y hay que apresurarse, hay que hacerlo antes de que sea demasiado tarde. Antes de que el daño que está haciendo sea irreparable. Porque, y en eso el bueno de Elton está en lo cierto, los cambios en las costumbres que provocó la revolución tecnológica son peligrosos. Tanto que hoy con un simple click se puede conseguir desde un manual de instrucciones para armar una bomba atómica hasta medicamentos sin receta, música y películas sin pagar un peso, sexo seguro, trabajo sin horarios ni malhumores y torpezas ajenas y, lo que es todavía más atractivo y apasionante, también romance sin pena ni gloria. Y todo por el mismo precio y sin moverse del living de casa. Sino pregúntenselo a Tom Hanks que, en “Tienes un e-mail”, se da el gusto de seducir a Meg Ryan desde la pantalla de su notebook y por error. Algo que en el ancho mar de Internet, donde se navega sin botes salvavidas, es tan común como sucumbir al ataque troyano o caer rendido bajo toneladas de correos spam. Porque, hay que decirlo, en las modernas pantallas planas que iluminan cada vez más ventanas alrededor del planeta, las cosas no son lo que parecen. Y en eso, Elton, a pesar de ser un tecnófobo incurable, que no tiene computadora, I-Pod, celular ni nada que se le parezca, también tiene razón. “Internet ha hecho que la gente deje de comunicarse y encontrarse y desalentó la creación artística”, exclamó echando chispas por los ojos, enfadado porque su último disco, “The Captain & The Kid”, vendió menos de lo que esperaba. Y, con un espíritu combativo que no se le conocía, gritó: “Esperemos que el próximo movimiento en el mundo de la música tire abajo a Internet. Salgamos a las calles, marchemos y hagamos protestas, en lugar de sentarnos en casa y meternos en los blogs”. Tiene razón. El bolsillo es lo primero.
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