Año CXXXVII Nº 49463
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 29/04
Mujer 29/04
Economía 29/04
Señales 29/04
Educación 28/04
Página Solidaria 25/04
Salud 18/04
Estilo 07/04

contacto

servicios
Institucional

 sábado, 05 de mayo de 2007  
Contrapunto entre un cura leproso y otro canalla

Sergio Faletto / Ovación

Walter Kuhry. Párroco de la iglesia Nuestra Señora de la Merced. Hincha de Newell's.

Sandro Barbante. Párroco de la iglesia San Ramón. Hincha y socio de Central.

Ellos tienen muchas cosas en común. Pero algunas diferencias. Coinciden en la fe y en la vocación de servicio. Son amigos. Compartieron años en el seminario. Viven el fútbol con mucha pasión. Pero los domingos van a canchas distintas.

Ellos aceptaron con mucho gusto dialogar sobre el clásico para así sumarse a la mayoritaria intención de vivirlo como una fiesta popular. Fueron claros y certeros al asegurar que Dios está para temas más importantes que un resultado futbolístico, pero pusieron de relevancia la implicancia que tienen las cuestiones de fe en la vida cotidiana del hincha. Claro que durante la charla, entre mate y mate, Walter y Sandro le hicieron un gran aporte al folclore, con altura e inteligentes ocurrencias, entre risas, pero también con la pausa necesaria para decir cosas en tono de confesionario.

-¿Van a la cancha?

-Cuando se juega un domingo sí, pero cuando la AFA nos cambia de día ya no puedo. (Walter)

-También, sólo los domingos porque me permite llegar después a tiempo para dar misa. (Sandro)

-¿Juegan al fútbol?

-Por supuesto. El fútbol forma parte de nuestras vidas desde siempre. (Walter y Sandro)

-Como las cargadas.

-Obvio. Pero siempre las amistades fueron más fuertes que las cargadas. (Walter)

-¿Si Newell's o Central están jugando mientras dan misa, en algún momento piensan en cómo irá el partido?

-No porque fueron tantos partidos los que se jugaron mientras estábamos en misa que uno ya se acostumbró. Lo que sí hice es buscar una vez un reemplazo para poder ir a la cancha. (Walter)

-Está claro que si los fieles los reconocen como hinchas es porque del tema se habla.

-Sí, uno es reconocido como hincha porque al finalizar la misa el tema se instala en la puerta de la iglesia. El comentario del partido, la cargada o los pronósticos están siempre. (Sandro)

-¿Se puede tomar un aspecto del fútbol para bajar un mensaje cristiano que aporte la construcción de una sociedad más justa?

-El fútbol da un montón de enseñanzas. En el seminario, Micci, que supo jugar en los años 50 con Morosano y Pontoni, entre otros, estaba dirigiendo un partido entre los seminaristas y en una jugada el delantero se me escapa y yo, como defensor de pocos recursos, lo bajo desde atrás. Micci cobró el foul y me llamó para decirme: «Te tenés que dar cuenta que para jugar necesitás no sólo de tus compañeros, sino también de tus adversarios, porque sin ellos no podrías jugar. Por eso los tenés que cuidar tanto como a tus compañeros». Y con esto aprendí que así en la vida como en el fútbol, necesitamos de todos, aún de aquellos que son rivales. Los necesitamos a todos. Del fútbol también me fascina el concepto de equipo. (Walter)

-Hoy más que nunca necesitamos como sociedad formar un buen equipo para alcanzar entre todos las metas de mayor justicia y solidaridad. (Sandro)

-¿El fútbol puede servir como excusa para rescatar a una persona de algún mal momento?

-Sin dudas. Tanto Sandro como yo tenemos en nuestra comunidad a personas que se sumaron porque empezamos a hablar de fútbol. Es que el fútbol genera una fidelidad que no se logra en ningún otro ámbito, porque las personas pueden cambiar de país, religión o pareja, pero la fidelidad a la camiseta siempre perdurará. Y más en Rosario, porque no estamos hablando de Real Madrid o Barcelona que siempre ganan títulos, acá estamos hablando de Newell's y Central, dos hinchadas sufridas, y que sin embargo siguen fieles. (Walter)

-Y la pasión que ponen, porque no sólo están de local, también acompañan a todos lados. Y esta constancia es ejemplificadora, porque los rosarinos también tienen esta actitud en la vida. Uno juega como vive y vive como juega. (Sandro)

-El fútbol tiene muchos condimentos religiosos, desde comportamientos de jugadores mirando al cielo o persignándose, hasta la utilización de ciertos términos como "ojalá Dios nos ayude", o "que se produzca un milagro". Si bien está claro que Dios es algo serio, no es menos cierto que su presencia está permanentemente en una cancha. ¿Qué análisis hacen de esto?

-Creo que las actitudes y las frases aparecen ante la necesidad de sublimar ante la inseguridad del desafío de un partido, la necesidad de tener esa convicción de aferrarse a algo, de pedir ayuda. (Sandro)

-El clásico es una liturgia popular. La cancha logra aunar un canto sin director de orquesta, la entrada de las hinchadas son procesiones, la presencia de símbolos como banderas, paraguas, los papelitos, las cintas, el humo. El fútbol también tiene su liturgia. Creo que en el fondo de la fe está la certeza de que Dios está siempre, y eso es bueno tenerlo en cuenta, más allá del resultado. Es fundamental entender que Dios está en uno, pero también en el otro. Y si yo le rompo la cabeza con un piedrazo al otro, también se la estoy rompiendo a Jesús. (Walter)

-Si tuvieran que elegir un santo para su club, ¿cuál elegirían?

-Y en Central sería la Virgen del Rosario, porque Rosario es de Central. (Sandro)

-No me puedo imaginar la Virgen con un gusto tan feo, pero bueno, es el deseo de Sandro. En Newell's me lo imagino a San Pablo y en la popular, por su temperamento, porque fue un hombre aguerrido. (Walter)

-Claro, San Pablo, fundamentalmente por aquello que dice "hago mal lo que quiero pero sé muy bien lo que quiero". Y también por el club San Pablo. (Sandro)

-Pero ¡ojo! que para encontrar al club San Pablo hay que llegar muy lejos en la Libertadores. (Walter)

-¿Quién gana el clásico?

-Central. Y ojalá que con goles de Belloso y el Kily. (Sandro)

-Newell's. Y no es tan difícil imaginar quién hará los goles: Tacuara Cardozo. Si bien sé que es difícil, me gustaría que Zapata haga un gol. (Walter)

-Eso sí que sería un milagro (Sandro)

-Un maravilloso milagro (Walter)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Sandro y Walter, en la puerta de La Merced.

Notas Relacionadas
Del templo a la cancha en apenas un solo rezo

Entre la fe y las malas palabras



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados