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sábado,
05 de
mayo de
2007 |
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Café del Bajo
-Prosiguiendo con el tema de ayer, diré de manera contundente que en mi opinión habrá laicismo radical, habrá "ideocracias" incompletas en tanto y en cuanto permanezca ese inútil "laicismo religioso" o esa infortunada "ideocracia de la fe". Y entiéndase bien, ese laicismo religioso nada tiene que ver con los laicos de las iglesias, sino que se trata de esa corriente de pensamiento que ha llevado a parcializar la palabra de Dios y, en consecuencia, a partir en dos al propio ser humano. ¿Qué quiero decir? Que cuando se olvida que el hombre ha sido creado por Dios de la propia tierra y que por tanto importa ¡y mucho! su digna permanencia en el orden temporal, se olvida no sólo una parte del hombre, sino la propia voluntad divina. Hay laicismo religioso cuando se pone únicamente el acento en un solo plano del ser humano (espiritual) se habla de su destino futuro (cielo) pero se olvida el plano corporal-mental y sus necesidades (tierra-vida-felicidad).
-Quisiera que fuera un poco más preciso y claro.
-Cuando un rabino no le da la debida importancia al principio estampado a fuego en La Torá de la figura del auxilio al desprotegido, a la viuda, al huérfano, al extranjero o cuando un cura en la homilía de la misa o un pastor en su templo no tienen en cuenta lo que significa "el pan nuestro de cada día", se esconde una parte del principio de Dios y por lo tanto se frustra el deseo del ser humano y se ayuda a su retroceso e infelicidad en este mundo. Yo no dudo ni por un instante en la tarea de acción social que realizan todas las religiones, pero eso no es lo sustancial. Es nada más que una ayuda, lo sustancial es "la palabra", la prédica constante.
-¿Cuál es esa palabra?
-Bien dice el profesor Fior: "No logro ver que hagamos centro en el verdadero objetivo que sería atender al ser humano «concreto», como vino el primer humanista a enseñarnos hace más de 2.000 años". La palabra es la palabra de Dios que debe ser aplicada. La palabra de Dios manifestada primero por Moisés y luego por Jesús. Los dos fueron contundentes al hacer referencia a la importancia del orden temporal o terreno y a que el ser humano tiene un destino también en este plano de existencia, que no debe ser sufriente. Por eso Jesús le pide al rico que venda sus bienes y lo reparta entre los pobres (Y esto lejos está de aceptar la teología de la liberación). Es decir, mientras algunos religiosos no salgan a decir en cada shabat, en cada misa dominical, en las asambleas evangélicas que el hombre no sólo tiene derecho a la paz y la justicia en esta tierra, sino que a pesar del mal y de los malos conocidos hay un camino para alcanzar esos propósitos, entonces seguirá ganando terreno el laicismo radical, malo en sí mismo porque casi siempre viene acompañado del fundamentalismo de la injusticia, puesto que desde su origen desprecia lo "sustancial". Y no me quiero extender en este último concepto para no confundir y herir a los laicistas buenos. Concluyo mañana, si Dios quiere.
Candi II
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¿Cree que la inflación de abril fue sólo del 0,7 % como dice el gobierno?
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"En Santa Cruz hay censura, falta libertad y se espía a opositores"
Monseñor Juan Carlos Romanín
Obispo de Río Gallegos
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