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 domingo, 08 de abril de 2007  
La "guerra fría" del biocombustible estalló en Latinoamérica
Fidel y Chávez promovían con fuerza el etanol hasta que se sumó George W. Bush

América latina es el campo de batalla de un nuevo conflicto energético-ideológico: la guerra del etanol, protagonizada por Cuba y Venezuela, por un lado, y Brasil, aliado con Estados Unidos, por el otro. La paradoja es que hasta hace poco los dos primeros países también impulsaban el uso de biocombustibles. Un informe del diario La Vanguardia analiza el contradictorio fenómeno, enmarcado en la confrontación ideológica entre Washington y la renacida izquierda radicalizada latinoamericana.

Es un hecho. América latina se ha convertido en el campo de batalla de una nueva Guerra Fría. Aunque tiene un innegable sesgo ideológico, el eje de esta contienda no es político sino que energético: el desarrollo del etanol, el "combustible verde" que enfrenta a Estados Unidos y Brasil, como sus principales impulsores, con Cuba y Venezuela, sus máximos detractores.

Y es que Fidel Castro ya no sólo arremete contra el titular de la Casa Blanca, George W. Bush, por promover el uso de biocombustibles. Por primera vez ha criticado al presidente brasileño, Lula da Silva, por firmar acuerdos energéticos con Estados Unidos. Según Castro, esta política tendrá "efectos devastadores" en la producción de alimentos en el Tercer mundo.


Excomunión en el Granma
En un artículo publicado en el diario Granma órgano oficial del Partido Comunista cubano Castro descalificó en duros términos las conclusiones sobre el uso del etanol alcanzadas en los recientes encuentros en San Pablo y Camp David entre Bush y Lula Aplicar esta fórmula a escala mundial significa la internacionalización del genocidio recalcó el convaleciente dictador cubano

Castro recordó que Lula publicó un artículo en el diario estadounidense The Washington Post, en el que expuso la idea de convertir los alimentos en combustible, en réplica a una primera intervención de Fidel. "El presidente de Brasil afirmó que menos del 1% de la tierra cultivable brasileña se dedica a la caña de azúcar para producir etanol. Esa superficie es casi el triple que la que se empleaba en Cuba cuando se producían casi 10 millones de toneladas de azúcar. No es mi intención lastimar a Brasil, ni mezclarme en asuntos relacionados con la política interna de ese gran país", apuntó Castro.

Más adelante, denunció que en Camp David no se resolvieron cuestiones fundamentales, como quién suministrará los cereales que necesitan los países desarrollados para producir etanol.

De esta forma, Castro ha encontrado en el etanol y los biocombustibles un nuevo campo de protagonismo para atacar a su enemigo favorito, EEUU.


Se suma Chávez
Lo mismo ocurre con el venezolano Hugo Chávez quien hizo una gira por Latinoamérica para fustigar la obtención de biocombustibles a partir de caña de azúcar y maíz girasol y colza

La posición del eje La Habana-Caracas es, como en la mayoría de los temas, la opuesta a la de Bush, quien, pese a provenir de una familia petrolera, se ha convertido en el último año en un paladín del desarrollo de los biocombustibles junto a su colega brasileño Lula. Entre ambos países producen el 70% del etanol del mundo, mientras que Venezuela es el quinto productor mundial de petróleo.

Pero la credibilidad de las críticas de Castro y Chávez está un tanto cuestionada, porque es más que conocido que hasta hace poco los dos estaban interesados en promover el etanol.


De promotor a detractor
Ambos se pasaron al bando antietanol poco después de que Bush visitara Brasil Los analistas atribuyen el cambio de posición a consideraciones políticas no medioambientales

Hasta hace apenas unas semanas, Chávez promovía un proyecto de cinco años para cultivar unas 300.000 hectáreas de caña de azúcar para producir etanol con apoyo técnico de Brasil y Cuba. Se planearon 15 nuevos ingenios para obtener 30.000 barriles de etanol diarios. Cuba ya es un importante productor de etanol a partir de caña de azúcar.

Asimismo, La Habana y Caracas habían anunciado hace tan sólo un mes un acuerdo para construir once plantas de etanol en Venezuela en base, precisamente, a la larga experiencia cubana en la materia. El acuerdo incluía la modernización de diez plantas en Cuba y la construcción de otras ocho basadas en métodos brasileños. En agosto de 2006, la petrolera estatal venezolana firmó un acuerdo con la brasileña Petrobras para abastecimientos de etanol "a largo plazo", como sustituto fiable de la gasolina.

Ahora, bruscamente, tanto Castro como Chávez presentan el etanol como amenaza para los pobres. A fines de su gira latinoamericana y caribeña, Chávez dijo en Jamaica que había razones "éticas" para oponerse a la producción de etanol.

El 29 de marzo, Castro publicó en Granma un primer artículo para atacar el plan de etanol de Bush y Lula. Entonces acusó al presidente norteamericano de condenar a más de 300 millones de personas a una muerte prematura al convertir "alimento en combustible".

Las descalificaciones contra el etanol de Castro no han tenido respuesta de la Casa Blanca, pero sí de Brasil. El ministro de Exteriores, Celso Amorim, dijo que las ideas del líder cubano son respetables pero "anticuadas". Y el principal asesor de Lula, Marco Aurelio García, disparó este viernes munición más gruesa: dijo que Fidel y Chávez usaban al etanol "como combustible ideológico".
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Lula y Bush, aliados contra Chávez y Fidel.

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