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 domingo, 08 de abril de 2007  
Ella, la peor de todas (II)

Muy buena la carta del señor Sebastián Di Mateo, publicada el domingo pasado y titulada “Ella, la peor de todas”, sobre el tránsito en nuestra ciudad de Rosario. Los que diariamente transitamos la ciudad vemos que suceden contravenciones de todo tipo, tamaño e inventiva criolla, y no existe ninguna autoridad que lo corrija o sancione. Coincidimos que el mayor problema es cultural y educativo. En países que realmente “son serios” no existe ninguna ley que impida a los ciudadanos tirar un papel en la calle, pero nadie lo tira. Un ejemplo: transitar por avenida Godoy en todo su recorrido y a cualquier hora del día es encontrarse con la mayor desorganización vial que uno pueda imaginarse: camiones de gran porte que la recorren por la izquierda desde que inician hasta que terminan su trayecto, algunas muy pocas bicicletas que respetan la bicisenda (pésimamente mal hecha en la Intendencia de Cavallero) y otras que en doble y hasta en triple fila paralelas circulan obstruyendo todo tipo de vehículos, otras muchas de contramano, o cruzando semáforos en rojo, etcétera. He visto y veo agentes de tránsito en motos, pero no corrigen ninguna de estas enormes contravenciones. Esta debe ser la ciudad “Capital de la baliza y doble fila”. No existe una sola cuadra céntrica donde a cualquier hora del día no encontremos uno, dos, tres o más autos en esa contravención, con el agravante que pueden estacionarlo correctamente, pero, o por molestar al resto o por puro deporte rosarino, proceden así. ¿Quién controla esto? Nadie. El señor Sebastián menciona la avenida Pellegrini. Creo que algún ser protector nos está dando una mano, porque las personas de cualquier edad y género, con criaturas en brazo, muchos de excelente vestimenta con libros (¿profesores?) que se estacionan en el reducido cantero central entre las plantas y cruzan esquivando vehículos. O las bicicletas o motos que esperan en el medio de dichos canteros con una rueda en un carril y otra en el otro. Es realmente un milagro que no sucedan más accidentes de los que ocurren. Claro, vienen visitantes de esos países serios y organizados, y creen que somos extraterrestres porque sobrevivimos a todo este caos vehicular. Como estos puntuales ejemplos hay muchos otros: no respeto a las sendas peatonales, a semáforos, a espacios para taxis y colectivos, circulan vehículos semidestrozados, sin patentes legales, conductores hablando por celular y manejando, etcétera. Conclusión: si modestos ciudadanos vemos, comprobamos, padecemos, toda esta enorme desorganización vial, ¿los funcionarios no lo ven? Creo que el gobierno municipal que desde hace años lleva una política excelente para Rosario y que realmente la transformó en una ciudad admirada por el resto del país, tiene en esto una asignatura pendiente y ella es la implementación de un tránsito acorde con la importancia de la ciudad.

Eduardo Cimolai, DNI 6.044.637

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