Año CXXXVII Nº 49400
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Opinión
Información Gral
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Educación
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 25/02
Mujer 25/02
Economía 25/02
Señales 25/02
Educación 24/02
Autos 28/12
Estilo 16/12

contacto
servicios
Institucional

 sábado, 03 de marzo de 2007  
Rodeados de basura, enfrentan el reto de enseñar en la pobreza
Los docentes de la Escuela Nº 1.376 de barrio San Cayetano (Rivarola al 8200) hablan de olvidos y deseos cotidianos

Marcela Isaías / La Capital

El olor nauseabundo de un gran basural pone en duda si realmente el edificio ubicado enfrente es una escuela. Es difícil creer que aulas donde se enseñan el amor a la lectura, historias épicas de San Martín o Belgrano y los primeros problemas de matemática estén invadidas casi todo el año por moscas, ratas y el humo de los deshechos quemados.

Los días de lluvia, a los pocos minutos, vuelven las calles intransitables, también el enorme patio de tierra de la escuela. Un gran mástil se levanta en el medio de este espacio que por estos días es casi una laguna.

“Una vez escuché por radio el reclamo de una señora que se quejaba porque en muchas escuelas ya no se izaba la bandera todas las mañanas con los niños formaditos como era antes. ¿Cómo hacemos nosotros para cumplir con ese imaginario escolar?”

La reflexión es de Mirta Sofía, la vicedirectora de la Escuela Nº 1.376, al tiempo que dirige su mirada al mástil. Una de las docentes que la acompaña recordará en voz alta, que “igual, en ese panorama desolador, se enseña a llevar la bandera con orgullo”.

Sin duda hace falta mucha imaginación y creatividad para dar clases a 300 chicos que van desde el preescolar al 7º año de la EGB en una situación tan adversa.

La Escuela Nº 1376 nació en 1999 como anexo de la más grande en matrícula de la provincia, la Nº 1209 de Cabín 9. En el 2004 se independizó.

Está ubicada en Manuel Gónzález 3200 (Rivarola al 8200), en el barrio San Cayetano oeste (un apéndice de barrio Godoy) de Rosario. “Se creó porque —como ha ocurrido tantas veces— se levantó el barrio, pero sin escuela para los chicos del lugar”, dicen los directivos.
Creatividad
Natalia Rola es maestra en 7º año de la EGB. Durante los últimos días de febrero, pintaba el pizarrón que servirá para enseñar más tarde a sus alumnos. Sólo abandona por un instante su tarea para darse vuelta y sonreír ante la pregunta “por los espacios de música, plástica o educación física”.

Y la respuesta no se hace esperar: “El año pasado terminó la primera promoción de chicos que empezaron su primer grado en esta escuela. Nunca recibieron clases de música, de dibujo o educación física”.

La situación hoy es la misma que en 1999, cuando la escuela se inició en el barrio. Sólo tienen clases de tecnología e inglés en el 7º porque se trata de materias promocionales. Claro, aclaran las maestras, que “los cargos son compartidos con otra institución, por eso reciben esas clases cada 15 días”.

La ausencia de las llamadas “materias especiales” no es patrimonio de esta sola institución. Muchas tienen dibujo, pero no música, por ejemplo. Otras tienen todas las áreas, pero escasos cargos, por lo tanto las enseñanzas rotan por año.

Y aunque suene difícil de creer, al tiempo que se discute y promueve la incorporación de las nuevas tecnologías en las aulas, los cargos de profesores de informática corren por cuentan de las escuelas que pueden asumirlas. Está claro que las más beneficiadas son las que tienen docentes capacitados en la materia, cooperadoras fuertes o bien pertenecen a la enseñanza privada.

Por si fuera poco, mientras proliferan programas y campañas a favor de la lectura, las bibliotecas escolares y cargos de bibliotecarios son casi una exquisitez en las escuelas santafesinas.

Una vez más, como ocurre en la escuelita del barrio San Cayetano, la creatividad reemplazará los olvidos planificados. “Trabajamos mucho en talleres de ciencias, por ejemplo, para que los chicos tengan más espacios de expresión”, comentan las docentes.

Igual aseguran que la situación de la falta de estas materias no pasa inadvertida para las familias del barrio. “Una vez me preguntaron si a los pobres les tocaba una escuela para pobres”, dice una de las maestras.
Compromiso
No es casualidad que las directivas afirmen con cierta ironía que “la salita de preescolar y el comedor sean los espacios más lindos de la escuela, porque tienen piso y cielo raso”.

Ninguna de las aulas tiene estufas ni ventiladores, y cuando los han tenido se los han robado. Todas reciben el sol que ayuda en el invierno y castiga en el verano.

Los pisos de cemento hacen más difícil la tarea de limpiar a la única portera que tiene la escuela. “Nosotras colaboramos con la limpieza, baldeando los pisos para que la escuela sea más digna”, dicen las maestras.

Además de enseñar y ejercer en ocasiones de porteras, las docentes también se turnan para atender el comedor. “Es que hay un solo ayudante de cocina (el único personal), si falta o se enferma, la leche de los chicos no puede esperar, tampoco la comida. Vamos rotando, preparamos y servimos el matecocido, al mediodía nos ocupamos de la comida y lavar platos”, cuentan sin quejas ni reproches.

Alejandra Fuselli, docente de 7º, tiene una explicación para que las ausencias no les quiten las ganas de enseñar: “Tenemos un gran compromiso con la educación, pero además —dice mientras mira a sus compañeras y directivos— formamos un buen equipo de trabajo”.

Luego de un rato de lluvia el sol se asoma. Es febrero, a muy pocos días de lo que el calendario indicaba sería el inicio de clases. El olor del basural se intensifica con el calor. Es verdad lo que afirma Alejandra, sólo el compromiso ético con la profesión elegida explica cómo y por qué ante tanta adversidad se pueda enseñar.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
La Escuela Nº 1.376 se hace visible por el basural que adorna su frente.

Notas Relacionadas
Ahora el sueño de las maestras está en contar con la biblioteca propia

La importancia de los lenguajes artísticos

El lugar del cuerpo en los aprendizajes


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados