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 viernes, 02 de marzo de 2007  
Cada vez más robos cometidos por menores en Cañada
En 2006 unos 50 chicos de 11 a 17 años participaron en algún hecho delictivo contra la propiedad. Instan a la comunidad para que debata sobre el tema y halle la forma de darles contención

Walter Gasparetti / La Capital

Cañada de Gómez.— El incremento de robos perpetrados por menores de edad está causando una seria preocupación en algunas instituciones locales. Según las estadísticas de la Unidad Regional X de policía, en el transcurso del año pasado alrededor de 50 chicos de 11 a 17 años participaron en algún robo contra la propiedad.

En los últimos días, efectivos de Investigaciones de la Jefatura del departamento Iriondo desbarataron una banda formada por menores de ambos sexos de entre 15 y 17 años, que golpearon a un anciano para robarle 200 pesos en efectivo tras pedirle un vaso de agua.

La participación de algunos pibes con antecedentes, que reinciden una y otra vez en hechos delictivos a pesar de los procesos penales iniciados, hizo que el jefe de esa agrupación, Javier Kamlosfky, pusiera un nuevo alerta en la comunidad para que las instituciones comiencen a debatir los mecanismos para que se arbitren medios de contención.

Lo propio hizo meses atrás el jefe de la UR-X, León Perot, cuando convocó a asistentes sociales y psicólogos de la Municipalidad, entre otros organismos gubernamentales, y también privados, para comenzar a realizar una serie de reuniones en busca de la aplicación de políticas para resguardar a los pibes y evitar los ataques a la propiedad.

“Este es un fenómeno que viene creciendo año tras año. Los chicos pasan por esta oficina en donde se les inicia una causa, pero después de ser llevados al juzgado de Menores de Rosario retornan, como es lógico, a sus ámbitos familiares, pero lamentablemente vuelven a robar”, comentó Kamlosfky a La Capital.

El jefe policial explicó que no siempre da resultado que esos chicos retornen a sus ámbitos familiares porque es precisamente allí donde se fomenta el robo. “Venimos notando cambios en el accionar de los grupos y el uso de armas cortas. De allí que la resolución del caso deba ser urgente”, resaltó.

Crecimiento. La cifra puede ser tomada a la ligera por quienes sólo observan el frío número, pero debe considerarse que Cañada de Gómez posee alrededor de 35 mil habitantes, y en los últimos años los menores que delinquen están en franco crecimiento, probablemente producto de los efectos de la crisis y la exclusión social.

Organismos de derechos humanos con asiento en esta ciudad ya se han comprometido en esa acción, debido a que consideran que los adolescentes deben ser reencauzados en la vida a través de métodos de contención para que, en pocos años, se conviertan en personas de bien.

Entre los que se cuentan a favor de debatir el asunto está la delegación del Colegio de Abogados de Rosario. El representante en esta ciudad, el abogado Hernán López, ofreció la sede de la institución a los interesados para conversar sobre el tema.

“Creo que es necesario que haya un Juzgado de Menores en Cañada de Gómez y la puesta en marcha desde lo judicial de un trabajo interdisciplinario. Un juez comprometido con la región serviría de mucho para contener estos casos”, opinó López.

Explicó además que ya fueron iniciadas las tramitaciones para que sea creado un Juzgado de Menores. “Los municipios incluso plantearon el caso de los menores en una reunión que hicimos con los intendentes de los departamentos Iriondo, Belgrano y San Lorenzo y apoyan la creación del juzgado”, dijo el jurisconsulto.

Comunidades. Una de las características del accionar de los menores es que operan en pequeñas bandas, cuyos integrantes van rotando de acuerdo a las necesidades. “Esto ocurre cada vez que alguno de ellos es apresado por la policía. Tienen sus códigos y los manifiestan de esa manera”, confió Kamlosfky.

Dijo también que los hechos más comunes son la rotura de vidrieras en comercios o el robo de estéreos, pero añadió que durante los últimos meses se vieron hechos violentos que llaman la atención. “A veces da la sensación que actúan movilizados por algún estimulante”, comentó.

Una madre que tiene un hijo con antecedentes policiales hizo un dramático pedido de auxilio porque le es difícil ayudarlo. “Me doy cuenta de que sola no puedo. Mi hijo tiene 17 años y se la pasa en la calle. No sé realmente qué hacer”, dijo preocupada.


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