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lunes,
15 de
enero de
2007 |
Un homenaje a 4 mil metros de altura
Lifschitz llegó al Cristo Redentor, culminando el cruce que rememora la gesta sanmartiniana
Pablo Procopio / La Capital
Con un homenaje a José de San Martín en el Cristo Redentor, banderas de humo desplegadas desde Argentina y Chile, y un encuentro con los intendentes de las localidades trasandinas de Los Andes y Guardia Vieja. Así culminó ayer al mediodía el intendente Miguel Lifschitz el 9º cruce de la cordillera a lomo de mula. Y, siguiendo los pasos del Padre de la Patria, llegó a más de 4 mil metros de altura junto a las 95 personas que participaron de la expedición.
Sin embargo la jornada había comenzado mucho antes. Los primeros minutos del día, encontraron al intendente acompañando (en los coros) la guitarreada que se armó en el comedor del destacamento militar de Puente del Inca. Los baqueanos son especialistas para entonar clásicos telúricos y nadie puede evitar engancharse, mientras corre el vino en damajuana. Era la última noche de la travesía y, aún con el cansancio a cuestas, no había que perdérsela.
Los jinetes pudieron cumplir su cometido al mediodía siguiente. Lograron hacer los últimos 15 kilómetros a lomo de mula y caballo en algo más de cuatro horas al unir Puente del Inca y el Cristo Redentor, en el límite con Chile, a más de 4 mil metros de altura, donde se haría el último homenaje a San Martín.
Tras los valores
Este cruce es parte de un proyecto pedagógico que tiene por objetivo difundir la vida y obra del Libertador pero fundamentalmente sus valores
Y para lograrlo los expedicionarios participantes se preparan durante todo el año.
El viaje duró una semana y convocó no sólo a rosarinos sino a gente de Capital Federal, Casilda, Mar del Plata, Resistencia, Lobos y Reconquista, entre otros sitios. "Esta vez se formó un grupo de siete polluelos de 15 años", destacó el jefe de la expedición, Víctor Hugo Chuli Rodríguez. Y, además del intendente municipal de Rosario, hubo otros cuatro políticos: un concejal de Reconquista, otro de San Justo y el jefe comunal de Humberto Primo.
La experiencia sería imposible de realizar sin el apoyo del Ejército Argentino y del Regimiento de Infantería de Montaña 16 Cazadores de los Andes, de Uspallata. Para la travesía se dispuso un importante movimiento de logística con camiones, colectivos, ambulancia, helicóptero y motos, además del personal militar.
Al finalizar el viaje, el jefe de la expedición se mostró conforme. "La camaradería y el respeto son fundamentales. Verlo a este hombre en un colchón sobre el piso como uno más fue un hecho que se valora mucho", remarcó en referencia al intendente de Rosario. "Le ofrecimos alguna otra comodidad y dijo que no", añadió.
Y en relación a los asistentes que acompañaron el grupo, explicó: "Los guías de montaña son indispensables, brindan seguridad porque el clima y el terreno no siempre acompañan". Así, recordó que en la expedición anterior no se pudo llegar al objetivo (el Cristo) porque se desató una tormenta de nieve: "Puede haber 30 centímetros en medio del verano". Las nubes presentan otro problema, el miércoles a la mañana en Aguas de la Cueva estaban tan bajas que lo cubrían todo.
Corolario binacional
El trayecto total tiene 180 kilómetros atravesando la precordillera llegando al valle de Uspallata y de ahí hasta al límite con Chile
Precisamente allí, ayer a las 12, en el corolario de la expedición, se realizó un encuentro con los intendentes chilenos de Los Andes y Guardia Vieja, a quienes Lifschitz les entregó algunos presentes. También había una delegación del Ejército del país trasandino y se desplegaron banderas de humo de ambos países.
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Fotos
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La expedición partió ayer temprano para arribar sobre el mediodía al Cristo Redentor donde las 95 personas que participaron de la travesía recordaron la figura del general José de San Martín.
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