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 miércoles, 20 de septiembre de 2006  
Crecimiento. Cada vez se reciben más pedidos pero también más ofrecimientos de colaboración
Una entidad reúne a cientos de personas que leen a quienes no pueden hacerlo
El Voluntariado de Horas de Lectura ayuda desde hace siete años a gente con problemas visuales y motrices

Desde hace siete años el Voluntariado de Horas de Lectura promueve la acción de cientos de personas que dedican desinteresadamente horas de su vida a leer a quienes no pueden hacerlo por sí solos, ya sea por problemas visuales o motrices. “No sólo se lee con los ojos” es el lema que impulsa el accionar de esta organización. Gracias a los voluntarios numerosas personas con esas dificultades han podido completar sus estudios universitarios y otras tantas con disímiles problemas de salud han disfrutado del placer que les provoca la lectura en ciertos momentos críticos de sus vidas.

  El Voluntariado ofrece cinco servicios. Una primera área de lectura para estudiantes universitarios está destinada a alumnos con discapacidad visual o ceguera, los cuales eligen el modo de ayuda que prefieren. Los voluntarios pueden visitarlos en sus domicilios, recibirlos en los suyos u ofrecerles la alternativa de un lugar.

  Los geriátricos son otra alternativa. El servicio se presta allí cuando el familiar de un adulto que ha sido buen lector solicita ayuda. En ocasiones se crean vínculos muy interesantes y duraderos. “Muchos han terminado su vida escuchando los poemas que más le gustaban, otros oyeron por última vez los libros que ellos mismos escribieron”, resaltó orgullosa María Luisa Sordi de Matich, fundadora y presidenta del Voluntariado.

  Adultos en domicilio es un servicio similar al anterior sólo que la persona se encuentra en su casa. “Hoy es el área más fuerte de la organización y eso nos da alegría. Es una forma de abrirse a la vida por parte de quienes lo solicitan”, destacó Sordi.

  También se trabaja con algunos niños que por alguna razón no están escolarizados y se consulta para ello al colegio de psicopedagogos. La biblioteca parlante es el último de los servicios y consiste en poder brindar grabaciones de libros y rotulaciones en sistema Braille.

  Para el Voluntariado hay una cuestión que es fundamental: “El lector debe convertirse sólo en la voz para no molestar en el acto íntimo que siempre es la lectura, y el oyente debe colaborar en eso, debe llevarlo a ese mero papel”.

  La organización, que es sostenida en su mayor parte por fondos aportados por los miembros de la comisión directiva y el apoyo de otras fundaciones u organismos, aún no cuenta con un espacio físico propio como para poder concentrar en un mismo lugar todo el material con el que cuentan y brindar clases de Braille.

  La articulación con otras instituciones es importante y refleja la necesidad de un accionar conjunto: “Las organizaciones civiles se han armado por personas que detectan los problemas que no ven los gobiernos y es beneficioso que interactúen entre ellas”, comentó.

  Cientos de voluntarios se ofrecen por año y cientos son también los pedidos de lectura que recibe la organización en el mismo período. El cumplimiento de la misión planteada al momento de nacimiento del Voluntariado (“Leer a todo aquel que no puede leer por sí mismo”) y la conformación de una identidad bien marcada son para los miembros de la comisión las razones fundamentales que permiten el aumento de ofrecimientos y pedidos. “Nunca nos apartamos de lo que hicimos y eso se lo hacemos saber a cada voluntario cuando ingresa”, advirtió. Los voluntarios son heterogéneos como así también los oyentes y es por eso que en ocasiones, para satisfacer los pedidos se tienen en cuenta características que les son comunes a ambos”.

  Sordi agregó por qué se necesita esta acción. “Sucede que la sociedad todavía no entiende lo que pasa con la población a la que nosotros representamos. Hay negación a ciertas problemáticas”, indicó, y agregó que la lectura en sí es importante para dignificar a las personas que la requieren: “Nuestra tarea no consiste en levantar socialmente a alguien sino en reconocer lo que ese alguien ya tiene”.

  Con relación a los objetivos cumplidos, prefirió no detenerse en ellos sino mirar hacia delante. “Aunque llevamos 7 años creo que recién estamos en los cimientos de la organización y para que ésta funcione bien debemos hablar de futuro y no de lo que hemos hecho. Estamos seguros de que hemos plantado las bases, pero no lo estamos tanto respecto de saber si hemos hecho todo”, concluyó.
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