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 miércoles, 20 de septiembre de 2006  
Rara violencia
El juez Laverni dice que ahora protestan los que ganan

La violencia es una sola y el repudio también es unánime. Pero desde que arrancó el Apertura parecería que las agresiones que empañan al fútbol de primera hoy tienen una lógica distinta. La lamentable costumbre de embarrar la cancha y provocar el final anticipado de un partido era prioridad del equipo que iba perdiendo, algo que ahora se revirtió de plano. En este eje giró el árbitro rosarino Saúl Laverni en su diálogo con Ovacion, quien debió suspender el cotejo entre Colón y Vélez por agresión a su asistente Horacio Herrero. "Se está dando un proceso inverso y medio raro en el fútbol. Ahora el que gana protesta y lo hace con violencia. Gimnasia vencía a Boca y Colón a Vélez, y en ambos casos los incidentes que provocaron la suspensión de los partidos fueron ocasionados por personas vinculadas a los conjuntos que estaban en ventaja. Es un fenómeno bastante raro en el fútbol argentino".

Laverni suspendió el partido entre Colón y Vélez porque un plateísta arrojó un encendedor que impactó en la cara del asistente Herrero. A pesar de la escalada de violencia que sacude al fútbol, el juez rosarino confiesa que no perdió la "pasión" por impartir justicia. Cree que sería acertado "parar la pelota durante una semana" para buscar medidas de prevención. Reconoce que los más expuestos son los asistentes, que están de espalda a la actitud irresponsable de "algún inadaptado". Igualmente considera que el problema se puede revertir a mediano plazo. "La gente debe sentir que va a la cancha a ver fútbol y que el espectáculo le pertenece", afirmó convencido.

-¿Qué lectura hacés de esta escalada de violencia?

-Lamentablemente responde a la falta de cultura. El fusible de todo es la violencia en el campo de juego. Un inadaptado en Colón-Vélez terminó por empañar la fiesta del fútbol. Me parece que es la actitud de un tipo que no tenía idea de lo que estaba haciendo.

-El proyectil en la cancha de Colón lo arrojó un plateísta, no un barra brava.

-Sí, pero se está dando un proceso inverso y medio raro en el fútbol. El equipo que gana protesta y lo hace con violencia. Gimnasia le ganaba a Boca y Colón vencía a Vélez y personas vinculadas a esos clubes actuaron mal. Los que ganan protestan y se termina en hechos de violencia que ocasionan la suspensión de partidos, con más de 20 mil personas en el cancha y televisados para todo el país. Es algo muy extraño. Se necesita una reflexión profunda para revertir la situación.

-¿El problema es del fútbol o es un problema social?

-Hay un montón de factores. Nosotros somos árbitros y erradicar la violencia del fútbol de nuestra parte es muy difícil. Los árbitros vamos a trabajar y sólo somos un eslabón de una cadena compleja. Todos deben sentarse a dialogar sobre cómo cambiar este flagelo nefasto. En algunos países del primer mundo ya erradicaron la violencia. Tal vez hay que dialogar con los que tuvieron éxito. Futbolistas, árbitros, periodistas, público, dirigentes del fútbol y entidades gremiales arbitrales deberían hacer una mesa redonda y sacar conclusiones sobre el tema.

-¿Te sentís inseguro como árbitro?

-Estamos protegidos. Desde que llego a la cancha hasta que me voy estoy protegido por la seguridad policial. Tal vez los más desprotegidos son los asistentes porque están muy cerca de la tribuna y de espalda a algún inadaptado que arroja un proyectil sin tener idea de lo que está haciendo. Los que más sufren a veces son los jueces de línea, ubicados a un metro de los hinchas y separados por un alambre o una fosa. También los salivan muchísimo. A veces las camisetas de los asistentes terminan de una forma desagradable. Da asco verlas, la tienen que poner en una bolsita y llevarlas directamente al lavadero.

-¿Sirve un paro para analizar el tema de la violencia?

-Habría que charlar con las bases de los gremios arbitrales, sentarse, pautar ideas, levantar la mano, sacar conclusiones y elevarlas al comité de seguridad. Antes de llegar al paro tal vez se puede hacer una mejora sustancial en materia de protección y parar la violencia.

-¿El paro sirve o calienta más los ánimos de la gente?

-A lo mejor necesitamos siete días de reflexión, pero es una opinión muy personal. En un partido cuando la pelota se detiene es donde más se generan disturbios. El paro también molesta a la gente que quiere ir a la cancha a ver fútbol. Pero los hinchas deben entrar con un poco más de conciencia. Deben sentir la pertenencia de la hinchada como parte del fútbol argentino. La gente debe sentir que va a la cancha a ver fútbol y que el espectáculo le pertenece.

-¿El tema tiene solución?

-Tiene que tener solución y soy optimista. A lo mejor no en una o dos semanas, pero a mediano plazo se puede mejorar.

-¿Seguís disfrutando del arbitraje?

-Seguro. Tenés que estar capacitado, instruido, bien físicamente y con la cabeza fría. Pero la pasión sigue vigente. Es una cosa hermosa vivir el fútbol profesional. Treinta mil personas en la cancha te motiva a dirigir. Repudio la violencia, pero la fuerza para seguir está intacta.
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Laverni dialoga con Tombolini y Fuertes después de la agresión de sábado.

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