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 miércoles, 20 de septiembre de 2006  
Efemérides
Un 20 de septiembre...

Guillermo Zinni / La Capital

1861: Exultante, Sarmiento le escribe a Mitre por la "victoria" de Pavón

El notable sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento fue muy conocido en su época por abusar de los exabruptos, algo que puede encontrarse en su obra y que le hizo ganar el mote de "El Loco". Siempre se trató con excesiva benevolencia a este aspecto del "Inmortal", al punto de que cuando se difundían sus palabras era común que se les hiciera "cirugía" a discreción o que se les diera un exagerado "marco de época" para que el contexto justificara al texto. No obstante, siempre es útil consultar sus obras para conocer su pensamiento, por ejemplo respecto a los pobres: "Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga (...) ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos? Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer" (del discurso en el Senado, 13/09/1859). O a los movimientos populares: "Tengo odio a la barbarie popular (...) Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos. ¿Son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad? El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden (...) Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas" (carta a Mitre del 24/09/1861). O a los indios: "¿Lograremos exterminar a los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar". "Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen". "Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande". "Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado" (El Progreso, 27/09/1844 y El Nacional, 19/05/1887, 25/11/1876 y 08/02/1879). O a las Malvinas: "La Inglaterra se estaciona en las Malvinas. Seamos francos: esta invasión es útil a la civilización y al progreso" (El Progreso, 28/11/1842). O a Paraguay: "Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas guaraníes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos perros ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil" (carta a Mitre de 1872), etcétera. Del mismo modo, podemos conocer lo que pensaba en 1861 respecto al gaucho, Santa Fe y Rosario si consultamos la histórica carta que, exultante por la "victoria" porteña en la fraticida batalla de Pavón, le envió a Mitre el 20 de septiembre de 1861 y en donde, entre otras cosas, puede leerse: "Tiéndole desde aquí la mano del amigo que dice: ¡bien! (...) No trate de economizar sangre de gauchos. Este es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre es lo único que tienen de seres humanos (...) Sobre Santa Fe tengo algo muy grave que proponerle: desde 1812 este pedazo de territorio sublevado es el azote de Buenos Aires. Sus campañas desoladas por sus vándalos, su comercio destruido por sus contrabandistas que improvisan ciudades para dañarlo. Sus costas están siempre francas para desembarco de los enemigos de Buenos Aires (y) sus expatriados tienen allí su destino. Buenos Aires recobra su antiguo dominio y jurisdicción, el Rosario será gobernado por sus jueces de paz, como San Nicolás, (y) su aduana será sucursal de la de Buenos Aires. (...) Puede darse a Córdoba Santa Fe, como frente iluvial y resguardo de sus campos de pastoreo, tomando el Carcarañá por línea divisoria, ¿quién se quejaría de ello? (...)".
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