Lifschitz pidió políticas de Estado contra la exclusión

El anfitrión del acto, el intendente Miguel Lifschitz, no se privó ayer de convocar a "soñar" con un futuro mejor, pero al mismo tiempo demandó "políticas de Estado" capaces de revertir la inequidad económica y social que sume "en la exclusión y la pobreza" a millones de ciudadanos. "Una Argentina plural es una Argentina que incluye y que integra. Que suma y que convoca", destacó. "Quienes estamos al frente del gobierno, esperamos el reconocimiento por nuestros logros y la comprensión por las dificultades", admitió, y agregó: "Debemos reconocer que la magnitud de los problemas y de las angustias que sobrellevan gran parte de nuestros compatriotas hace que todo logro parezca insuficiente y que la sociedad exija mayores compromisos y resultados".

El jefe comunal dio cuenta de la problemática sociocultural que fundamentalmente se asienta en las grandes ciudades, además de diversas regiones del interior del país. "La exclusión, producto de los modelos económicos aplicados en décadas anteriores, constituye el desafío más importante, ya que concentra más de ocho millones de argentinos. El crecimiento económico y la generación de empleo no son suficientes para romper la barrera de la marginación cuando adquirió semejante escala", puntualizó Lifschitz.

Luego aclaró que Rosario no está por fuera de esta realidad y advirtió que ni los recursos, ni las políticas del Estado municipal han sido suficientes para exterminarla. "Sólo una estrategia de Estado, independizada de cualquier coyuntura política, que convoque a todos los sectores a repensar en profundidad la problemática de la exclusión y las políticas para enfrentarla, puede tener éxito", se explayó.

Sin medias tintas, el intendente pidió por una mayor redistribución del ingreso y acciones concretas en las que participen "todos los niveles del Estado". Pero fue más allá: "En este tema nadie debe especular con obtener ningún rédito que no sea la dignificación de los argentinos", exclamó.

Tampoco soslayó referirse al último triunfo de Argentina en el mundial de fútbol, a modo de ejemplo de un trabajo político conjunto. "Tenemos derecho a soñar con una Argentina jugando en equipo, que reconoce sus problemas, sus limitaciones y sus diferencias, pero que se une para compartir una visión del futuro y lograr resultados que aún no hemos alcanzado", remató.