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 miércoles, 17 de mayo de 2006  
No habrá concesiones y habrá mano dura de los árbitros

Los 23 árbitros designados para dirigir en el Mundial de Alemania tienen instrucciones muy claras de poner mano dura contra las faltas y las simulaciones que se han convertido en el problema del fútbol moderno.

La FIFA quiere, en lo que algunos consideran como un desafío quijotesco, sanear el fútbol de malos hábitos que empañan muchos partidos.

Codazos, faltas que atenten contra la integridad de un rival o cualquier conducta violenta se castigará con una tarjeta roja, medidas disciplinarias y suspensiones.

Las tarjetas amarillas serán automáticas por actos como sacarse las camisetas, agarrar o empujar a un rival y obstrucción.

Varias de las normas que rigen el deporte debían entrar en vigencia el 1º de julio, pero se decidió adelantarlas para el Mundial que arranca el 9 de junio.

"El Mundial es la plataforma perfecta para transmitir este mensaje al planeta", dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter.

Otro cambio que entrará en vigencia es el que quizás les cause más problemas a los árbitros. Tienen instrucciones de castigar a los jugadores que simulen faltas o se dejen caer en el área en busca de un penal.

Los dirigentes del fútbol temen que el deporte se desprestigie con el ejemplo de jugadores talentosos que en forma deliberada y cada vez más frecuente tratan de tomarles el pelo a los árbitros con faltas inexistentes. Después de todo, los árbitros no pueden recurrir a la televisión.

Las quejas por malos arbitrajes son pan de cada día en los mundiales, pero las protestas de los técnicos alcanzaron su punto más alto en el Mundial Corea-Japón 2002. Selecciones, como la de Italia, se declararon víctimas de fallos groseros que le costaron la continuidad.

El Mundial constituye el punto más alto en la carrera de un árbitro. Sus ilusiones en dirigir partidos en las rondas finales depende de la firmeza con la que apliquen el reglamento.

No cabe duda que los criterios de los arbitrajes cambian dependiendo del país o la región. Una entrada fuerte en Inglaterra valdría una reprimenda verbal, pero en Escandinavia y Estados Unidos ello significa la roja directa, donde las normas se interpretan a rajatabla.

En el Mundial que se aproxima, los 23 árbitros provendrán de 21 países y este año deberán estar en plenitud física. Aunque hay media docena en la lista de reservas, sólo 23 podrán actuar. Un total de 36 lo hizo en el anterior.
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Horacio Elizondo es el árbitro argentino que irá al Mundial.

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