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viernes,
24 de
marzo de
2006 |
El peso de la perseverancia
Pese a que el poder político le dio la espalda en más de una oportunidad a la Justicia, la perseverancia de los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado y de los abogados de los organismos defensores de los derechos humanos (que incluso echaron mano al Derecho Internacional) eludió un sinnúmero de trabas. Y, más allá de que el camino por recorrer sigue siendo largo, en el horizonte de algunos de los imputados en Rosario ya se recorta el juicio oral. Al evaluar los avances, potenciados por el presente político argentino, desde el Equipo Jurídico de Derechos Humanos destacaron el desarrollo de conceptos novedosos a partir del planteo de los juicios por la verdad histórica, que apuntaron a imputaciones penales excluidas de las leyes de impunidad: sustracción y apropiación de menores, expropiación de inmuebles, sustitución de identidad y violación. A la ardua tarea de los abogados rosarinos se sumó el hecho de que, hasta ahora, las causas tocaron las manos de tres jueces. Es que en el 2004 Omar Digerónimo ingresó al Tribunal Oral, siendo subrogado por Carlos Vera Barros y definitivamente reemplazado el año pasado por Germán Sutter Schneider. Sobre las investigaciones de los centros clandestinos de detención, el gobierno provincial apuró días atrás la expropiación de La Calamita, mientras que en la Legislatura provincial está pendiente el tratamiento de un pedido similar para la Quinta de Funes.
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