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 viernes, 24 de marzo de 2006  
A 30 años
Abren al público las mazmorras de la ex Jefatura para mantener la memoria
Se implementó un circuito guiado por ex detenidos destinado a estudiantes y público en general

Jorge Kaplan / La Capital

Abrir los espacios donde se materializó el terrorismo de Estado para que la memoria de lo que nunca más tiene que ocurrir pase a las nuevas generaciones. Esa es la intención de la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe y quienes idearon el circuito histórico guiado por la ex alcaidía, el ex Servicio de Informaciones de la Provincia (SIP) y el llamado Pozo, los tres sectores que componían el centro clandestino de detención que funcionó en la delegación local de la Gobernación durante los años de plomo.

Este recorrido guiado por ex cautivos se implementó desde el lunes con la visita de grupos de estudiantes adolescentes y actividades especiales por esta semana en que se conmemora el 30º aniversario del golpe. Pero además, estos recorridos se mantendrán a la manera de un museo, y abierto al público en general.

La Capital acompañó en la recorrida a un grupo de alumnos del 9º año de la escuela 1.323. Lo que más impactaba de la actitud de los chicos era el silencio y la atención al relato de los guías -los ex prisioneros Esteban Mariño y Gloria Canteloro-, y no era para menos ya que habían bajado a lo más sórdido de los dominios de Agustín Feced y José Ciego Lo Fiego.

"La idea es que los chicos sepan lo que aquí pasó, cómo fueron sometidos los prisioneros con el objetivo de obtener información y para su destrucción física", indicó Mariño.

En ese sentido, Mariño les explicó a los chicos cómo en una primera etapa la mayoría de los detenidos ilegalmente eran luego puestos a disposición del PEN, pero la represión se endurecería a partir de julio del 76 cuando casi todos los que pasaron por el SIP no sobrevivieron.

"Queremos que los pibes sepan cómo fue esto, pero sin llenarlo todo de sangre, no queremos hacer algo morboso, sino mostrarles que éramos prácticamente como ellos, que luchábamos por algo hoy tan común como es el medio boleto estudiantil", señaló Mariño.


Poder formal y represión
Gloria Canteloro, quien estuvo detenida en la ex alcaidía, sector que se destinó a las mujeres, enfatizó que en la ex Jefatura de policía se dio una situación única en el país: en un mismo edificio se concentraron el poder formal -ya que allí el gobernador de facto estaba dos días a la semana-, la sede de la institución policial y el aparato represivo ilegal.

La visita guiada realizada por los estudiantes se completó con dos talleres, uno de música a cargo de Adrián Abonizio, y otro en el cual se trabaja con textos y objetos con integrantes de la Secretaría de Derechos Humanos.

Abonizio explicó que la idea de los talleres es que los chicos puedan procesar el impacto de visitar lugares donde ocurrieron cosas tan terribles. El trabajo consiste en la búsqueda de palabras que surjan a partir de lo vivenciado, para después elaborar una poesía que puede luego tener como soporte una canción, como ocurre en el taller de música, o bien la confección de afiches o instalaciones trabajando con objetos o imágenes.

"El engaño se enoja / en la ayuda sin temor / me arrepiento de robarte / la ternura que pasó": una de las estrofas creadas por chicos que "más me gustó" confiesa Abonizio. Pese a la dureza que impone al ánimo visitar donde se enseñoreó el terror, queda flotando la sensación de que después de todo la vida se impone, con memoria, para que aquello nunca más pueda volverse a repetir, tal como coinciden todos los que participan de esta experiencia.
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Uno de los talleres finales, el que coordina Adrián Abonizio.

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