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martes,
10 de
enero de
2006 |
"Me trataron de loco cuando no quise pelear con Margarito"
Casi seis meses lejos de su familia
Como para no extrañar. Carlos Baldomir se tomó tan en serio esta chance mundialista que supo conseguir, que el 30 de julio del año pasado ya se había instalado en Los Angeles luego de desechar la oportunidad ante Margarito y ganar la eliminatoria en mayo ante el mexicano Miguel Angel Rodríguez (ver aparte). Claro, el santafesino no pensó en estar tanto tiempo, porque "al principio la pelea iba a ser en setiembre u octubre, pero cuando al fin me confirmaron que sería en enero, no dudé en quedarme pese a que extrañaba muchísimo a mi familia".
Es que Baldomir sufrió muchas decepciones, como cuando luego de vencer al mexicano José Luis Cruz en 2002, en lo que se suponía era una eliminatoria mundialista por el mismo título CMB que ganó el sábado, la pelea fue declarada nula. Debió entonces seguir esperando, sólo con su título internacional de la misma entidad bajo el brazo, recuperado ese mismo año ante el turco Aguzum Alpaslam, luego de dejarlo vacante él mismo en 1999, tras vencer al ghanés Joshua Clottey. Si ni siquiera fue campeón argentino, porque las dos veces que lo intentó lo venció por puntos Ariel Gabriel Cháves.
Pero Baldomir confió, se respaldó en su largo invicto de 7 años (la última vez que cayó fue el 11 de diciembre del 98, ante el zurdo cordobés Alberto de las Mercedes Cortés), se perfeccionó en la Brea Boxing Academy de Los Angeles con el hacedor de campeones Amílcar Brusa, de sólo 83 años, y cuando el 19 de noviembre llegaron a Los Angeles sus laderos, el técnico José Lino Lemos (con él desde hace 17 años) y el preparador físico Jorge Artucio (hace 4 que lo acompaña), todo fue tomando mejor forma.
"Fue la decisión correcta quedarme en Estados Unidos. Acá es otra cosa, en Argentina estamos muy lejos de cómo se entrena en este lugar. Nosotros estamos acostumbrados a pegar 20 trompadas por round y acá hay que tirar 200. Yo por suerte lo aprendí a tiempo", dijo Baldomir y hay que creerle, de acuerdo a lo visto en el Madison.
Y pese a que Brusa sumó con él su 14º pupilo campeón mundial (el 8º argentino), Baldomir lo valoró muchísimo "por todo lo que me enseñó y el profesionalismo con el que se maneja", pero dejó bien en claro que "debe ser su título 13 y medio, porque el otro medio es de Lemos, que me acompañó siempre, me enseñó muchísimo y me aconsejó muy bien en todo momento".
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