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 sábado, 17 de diciembre de 2005  
Un espacio de solidaridad y creación popular brilla en La Isla de los Inventos
Miles de personas fabrican juguetes mágicos para regalar en la Navidad

Pablo R. Procopio / La Capital

Algo raro se respira en la Isla de los Inventos (Corrientes y Wheelwright). La gente ingresa y se emociona; agradece por la existencia de ese espacio y se involucra a participar. El público quiere ser "socio de la Navidad" y lo demuestra con creces. Miles de personas ya se engancharon a la propuesta de "La fábrica social del afecto"; un ámbito mágico de construcción de todo tipo de juguetes y otros objetos artesanales (llegarán a 5 mil) que serán distribuidos por las calles de Rosario a todo el mundo, sin distinciones.

Betina fue con sus nenes Joaquín y Nicolás para entregar viejos botones que encontró estos días en su casa y que provienen de una desaparecida mercería del abuelo de sus hijos. "Nos pusimos a revisar los muebles y ahí estaban", dijo la mujer emocionada por el recuerdo de su padre y convencida de ofrecerlos en La Isla donde "tendrán el mejor de los usos", sostuvo.

Y el lugar propicio para utilizar los botones fue La Fábrica Textil, uno de los siete espacios de creación de juguetes que funcionará hasta mañana para que el público de cualquier edad concurra a jugar, distenderse, sentirse útil y solidario y, fundamentalmente, echar mano a sus propias realizaciones.

Para llevar a cabo esta iniciativa, hace algunas semanas se solicitaron socios embarcados en construir los juguetes artesanales y objetos. Así se formó una red de creadores, constituida por artesanos de Rosario y el país, personal de la Isla de los Inventos y la Secretaría de Cultura, equipos municipales de distintas dependencias, ONGs, escuelas, instituciones de empresarios y de profesionales, grupos de jóvenes, centros de jubilados, clubes y equipos deportivos, además del público en general y todas las personas de buena voluntad: jóvenes, niños, padres, abuelos, tíos y grupos de amigos.

El 22 de diciembre será el día de la distribución de los juguetes y mensajes, "entre la gente sola, los que trabajan en Navidad, los que necesitan imaginar, los que extrañan la compañía, los que esperan afecto y juego, los que duermen en las estaciones, los marineros lejos de sus patrias, los extranjeros, los enfermos sin compañía, los mozos de los bares y hasta los periodistas", remarcó la directora de La Isla, Chiqui González.

Mentora de la propuesta, disfrutaba todos y cada uno de los espacios distribuidos en el área completa de La Isla de los Inventos. Y junto a La Capital recorrió las fábricas de madera, informática, textil, reciclados, objetos mágicos, papel, y de leer, aparte del espacio de experimentación.

"Queremos que estas sean unas fiestas participativas para todos sin necesidad de inspirarlas en las habituales líneas comerciales o religiosas", explicó González antes de resumir que "La fábrica social del afecto" obedece a un "ritual de la cultura". En definitiva, se trata de que la gente realice los regalos destinados a sus pares y que efectivamente sean repartidos entre éstos.

La Navidad es una de las fiestas en la que todos, grandes y chicos, suelen regalarse por igual. Por eso, los objetos que se fabrican y que llegarán a un total de cinco mil no son estrictamente juguetes para niños, sino elementos para los adultos con un toque de magia y espíritu creativo.

Durante la tarde de ayer fue fácil hallar chiquitos y mayores mezclados alrededor de las más variadas creaciones; pintando, lijando, cosiendo, enhebrando, cortando, martillando y pegando bajo la atenta y dispuesta coordinación de artistas y artesanos de todo el país.

Eran autores de artefactos especiales que dedicaban cada segundo en compartir su conocimiento y oficio. Tadzio (8 años) estaba absorto doblando unos alambres para armar una figura en movimiento.

"Hace horas que mi hijo está en cada mesa y línea de trabajo", dijo un papá que también se sumó a las propuestas.

Después lo encontró en "La fábrica de madera", donde a través del corte, el lijado, el ensamblado, el marcado y la pintura se hacen muñecos, trompos, yo-yo, baleros, apilables, autos Pop y motos Vespa.

Por ahora, la oportunidad de formar parte de un mundo de imaginación y fantasía no termina. Seguirá hasta mañana a las 22 (con el agregado de clowns, coros, músicos y artes urbanas, entre otras cosas) para que cualquier persona se sume a fabricar para otros y mostrar que Rosario es capaz de festejar una Navidad mejor.
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