Cómo adaptarse a las nuevas normativas internacionales

La contabilidad en Argentina, jaqueada por la globalización

El especialista Enrique Fowler Newton planteó los desafíos que deben enfrentar los contadores en el futuro

Patricia Martino / La Capital

"La suspensión del ajuste de los estados contables por inflación es un disparate, es una decisión que se tomó para disimular los efectos de la inflación y con propósitos impositivos, lo cual forma parte de una política salvaje que consiste sólo en recaudar, aunque sea sobre ganancias que no son reales".

La sentencia corresponde al gurú de la contabilidad Enrique Fowler Newton, quien visitó la ciudad para participar de las "Primeras jornadas de contabilidad, auditoría y administración" que se realizaron días atrás en la Facultad de Ciencias Económicas del Rosario dependiente de la Universidad Católica Argentina (UCA).

El ajuste por inflación para el pago del impuesto a las ganancias se suspendió en septiembre de 2003 pero más de un empresario considera incorrecta la resolución. Aunque por el momento no se avisoran cambios, hasta los propios contadores entienden que los números están alejados de la realidad. Fowler Newton es profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y diploma al mérito profesional otorgado por la Asociación Interamericana de Contabilidad, además de auditor y consultor. Su vasta experiencia lo convierte en un especialista en la materia y charló con La Capital sobre el alcance de las normas contables.

-¿Cómo está parada Argentina en materia de normas contables?

-En el orden nacional, por 1998 se comenzó un proceso de acercamiento a las normas internacionales de contabilidad. Eso dio lugar a la emisión de resoluciones técnicas entre 2000 y la actualidad. Pero el problema es que esta armonización se hizo con un juego de normas internacionales que ya se han modificado, por lo tanto se tiene que analizar si habría que hacer un nuevo acercamiento hacia las normas internacionales que se modificaron, si habría que conformarse con las normas tal cual están ahora o si directamente habría que adoptar las normas internacionales modificadas.

-¿Lo correcto sería tomar las normas necesarias para el país y desechar las que no lo son?

-El problema de una adaptación y no adopción es que requiere muchas horas de trabajo y eso es difícil de realizar cuando no existe una financiación adecuada. La International Accounting Standardt Board gasta una cifra apreciable de más de 10 millones de euros por año, la Financial Accounting Standardt Board más de 20 millones de dólares anuales y el presupuesto de estudios técnicos de la Federación Argentina de Consejos de Profesionales de Ciencias Económicas (Facpce) asciende a 100 mil pesos anuales. Estamos comparando millones de dólares y euros con sólo 100 mil pesos, resulta casi imposible mantener el ritmo para poder emitir normas con la misma velocidad internacional. Esto es un problema.

-¿Cuál es la salida?

-Con el esquema actual es muy difícil solucionar el problema, quizás se terminen adoptando las normas internacionales de contabilidad. En el campo de auditoría, la Facpce tiene una adopción de normas internacionales hasta el 2007. Esto tiene otras complicaciones porque existe una traducción al español en el caso de las normas de contabilidad pero no para auditoría, y hacerlas implica un costo muy fuerte. Por el otro lado están los que pugnan por un juego de normas contables para pymes, algo que no me convence porque las normas contables tienen que ser diseñadas en función de los usuarios de los estados contables y las necesidades no dependen de las características de los entes emisores, no depende de que cotice en Bolsa o no, que sea grande o pequeña, que tenga 100 empleados o 1.500. Pero hay un movimiento fuerte y ese es otro ingrediente que hay que tener en cuenta a la hora de tomar decisiones.

-¿La variedad de normas produce dificultades operativas?

-Existen fuertes diferencias entre las normas internacionales y argentinas y esto crea problemas de tipo práctico. Por ejemplo, que una empresa tenga que hacer dos estados contables, uno de acuerdo a los parámetros internacionales porque tiene que mostrarlo en la Bolsa de algún lugar del mundo y otro de acuerdo con las normas nacionales para cumplir con las normas locales. Además, ahora tenemos el problema de que se suspendieron los ajustes contables por inflación y la distorsión que se produce en la información contable pasa a ser significativas. Tenemos el problema de la actitud del gobierno que sacó un decreto riéndose de lo que dice la ley de sociedades comerciales e instruyó a los organismos nacionales de control a no recibir estados ajustados por inflación lo cual es un disparate.

-La medida supuestamente se implementó porque el nivel de inflación es estable ¿es errónea la decisión?

-Esto no forma parte de una actitud para mejorar la situación de los estados contables sino de una actitud dirigida a que se disimulen los efectos de la inflación porque eso a su vez apuntala la posición del gobierno de no reconocer los efectos de la inflación y tiene propósitos impositivos. Se trata de una política salvaje que consiste en decir: a mí no me interesa para nada la equidad, lo único que quiero es recaudar, entonces recaudo sobre ganancias que no son reales. Para fundamentar esta decisión se usa otra figura, que yo diría la moral del asaltador de camino, que cosiste en decir: si usted me dice que cambie la ley de impuestos a las ganancias para reconocer tal o cual efecto, dígame de qué manera alternativa yo obtengo los recursos que no obtendría debido a la modificación. Es como si el ladrón me dice yo no te asalto pero decime de donde saco los 1.200 pesos que te iba a robar.

-¿Qué opinión tiene sobre darle mayores atribuciones a la Afip?

-Si es para que reduzca la evasión y está dentro de la moral y las buenas costumbres lo veo bien. Puede estar mal son otras actitudes, como por ejemplo que la Afip saque alguna resolución de pago de anticipos en exceso para crear saldos a favor y después demorar el pago. El efecto de esto es que está cobrando impuestos anticipadamente. Si se estable un mecanismo abusivo de cobro de impuestos está mal.

Fowler Newton: "No permitir el ajuste por inflación es un disparate".