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 domingo, 06 de noviembre de 2005  
Práctica terapeútica: el valor de la palabra
Andersen, psiquiatra noruego y creador de los equipos reflexivos, visitó la ciudad invitado por la UNR

El armenio-norteamericano Harry Goolishian decía: “Escuchen lo que ellos dicen realmente, y no lo que ustedes creen que ellos realmente quieren decir”. Esta reflexión es central en el pensamiento y la práctica terapéutica de Tom Andersen, psiquiatra noruego, profesor del Instituto de Medicina Comunitaria y creador del equipo reflexivo un modo de intervención que se utiliza, por ejemplo, en terapia familiar. Es conocido en el ámbito de la psiquiatría mundial por ser el creador de una modalidad que promueve una terapia basada en la posibilidad de que el paciente participe de las conversaciones del grupo terapéutico y que se basa en “charlas” abiertas y cara a cara, a diferencia de lo que plantea la cámara Gesel.

  El especialista dice, abiertamente, que espera que los terapeutas se desprendan de todo preconcepto o prejuicio frente a lo que escuchan o ven para ser más efectivos en su tarea a la vez que destierra los encasillamientos del tipo: este hombre “es” un delicuente, esta mujer “es” muy nerviosa.

  Andersen estuvo en Rosario la semana pasada invitado por la carrera de posgrado de Especialización en Psicología Clínica y Comunitaria de la Facultad de Psicología de la UNR y la cátedra de Psiquiatría de Adultos de la facultad de Medicina. En su visita a la ciudad (donde expuso frente a estudiantes, psicólogos y psiquiatras locales) hizo hincapié en la necesidad de entender a la terapia (aunque aclarará una y mil veces que el término no es de su agrado porque lo considera muy “limitado y estructurado”) desde un sentido “emocional” en el que el psiquiatra o terapeuta “tiene que involucrarse con el paciente” para ayudarlo a estar mejor.

  Andersen, que prefiere hablar de “relaciones” cuando se refiere a la “terapia o trabajo terapéutico”, manifiesta que los equipos reflexivos son escencialmente “abiertos” y “todo lo que se habla es expuesto delante de la gente”, en la vereda opuesta de lo que es la cámara Gesel.

  Los equipos reflexivos, en los que el paciente tiene la posibilidad de participar en el debate que los terapeutas o analistas realizan sobre su caso particular, son utilizados en distintos países para abordar diferentes problemáticas de la comunidad con excelentes resultados.

  “La persona describe lo que le pasa, describe una situación, y nosotros vemos los efectos de eso que habla en la misma persona”, ejemplifica. Al mismo tiempo, lo que la persona “ve y escucha” que manifiestan sobre él o ella influirá de una determinada manera. Por eso, enfatiza, “no sólo tenemos que estar atentos a lo que expresa sino también a cómo y cuándo lo dice, a sus pausas, al énfasis que pone a las palabras, que gestos y cuestiones corporales están también presentes y cómo lo que va diciendo lo modifica”. Para Andersen, el lenguaje es el que condiciona los pensamientos de las personas, y no al revés.

  En un tramo de la charla con la prensa se referió a las “conversaciones internas”. Al respecto señala que “siempre es posible ver y escuchar en las palabras más de lo que se percibe. Para eso hay que ir despacio, en forma pausada” relata, mientras se toma todo el tiempo disponible para captar la atención de quienes lo escuchan y ejemplificar con su propio discurso aquello que propone.

  El psiquiatra incentiva a los profesionales a que atiendan particularmente los silencios y las posturas corporales como parte de lo que la persona quiere o puede transmitir.

  Para Andersen las “expresiones” son las que forman nuestras vidas y al mismo tiempo condicionan nuestros pensamientos. Son las palabras, es el lenguaje el que articula nuestra forma de pensar, y no al revés como siempre se creyó y es por eso que en ellas hay que buscar pistas y respuestas. “Las palabras forman nuestros significados y éstos influyen en cómo vivimos”, señala.

  Andersen concentró parte de su experiencia profesional de los últimos años en las cárceles. En la actualidad le quedan pocos pacientes por sus múltiples tareas en el exterior y su trabajo como profesor. En su visita a Rosario mantuvo reuniones con autoridades de la Universidad Nacional de Rosario y quedó abierta la posibilidad de trabajar en distintas áreas de la comunidad local con la modalidad de equipos reflexivos.
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Andersen propone charlas "cara a cara".

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