Año CXXXVIII Nº 48902
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 09/10
Mujer 09/10
Economía 09/10
Señales 09/10
Educación 08/10

contacto

servicios
Institucional

 sábado, 15 de octubre de 2005  
Editorial
El nuevo gobierno alemán

Superadas las diferencias para designar al nuevo canciller federal tras un virtual empate entre socialdemócratas y conservadores, la nación europea debe recuperar su protagonismo político y económico. Tiene difíciles desafíos en el frente externo y también en política doméstica.

Con la elección del socialdemócrata Franz Müntefering como vicecanciller y número dos de la conservadora Angela Merkel, Alemania dejó atrás su minicrisis política, que cedió tras el acuerdo entre los dos fuerzas mayoritarias, el Partido Social Demócrata (SPD) y la Unión Cristiano Demócrata Alemana(CDU).

En las recientes elecciones la diferencia a favor de Merkel fue de apenas 0,9 por ciento, por lo cual el virtual empate con Schroeder hizo imposible que alguno de los dos partidos alcanzara mayoría propia en el Parlamento e impusiera su liderazgo.

Todo concluyó tras varios días de negociaciones y con la salida del gobierno del actual canciller socialdemócrata, quien será recordado, entre otras cosas, por oponerse a la invasión anglosajona en Irak pese a la fuerte presión de sus principales socios comerciales.

Alemania, Inglaterra y Francia son los motores económicos de Europa y grandes receptores de inmigración proveniente del este del continente, especialmente ahora que la Unión se amplió a 25 miembros. El nuevo gobierno germano deberá retomar su fuerte liderazgo político para resolver también otra de las acuciantes preocupaciones de la Unión Europea: la ola de masas pauperizadas que provienen del Africa subsahariana. En el frente externo, además, la conservadora Merkel -de origen progresista en la ex República Democrática Alemana) seguramente se acercará más a Estados Unidos y terminará de sellar las heridas con ese país, hacia donde se orienta la mayoría de las exportaciones de la industria germana.

En la política doméstica es donde aparecen tal vez las mayores dificultades para la primera mujer en ocupar el cargo de canciller -sinónimo de primer ministro en las democracias parlamentarias- porque el programa conservador deberá pasar por el tamiz del acuerdo político con la socialdemocracia.

Alemania tiene una de las más altas tasas de desocupación de posguerra, una economía que no crece al ritmo esperado y focos de conflicto social que aún permanecen latentes y pueden profundizarse si la economía no logra despegar en el corto plazo. Pese al favorable tipo de cambio del último año con un dólar débil y un euro que no paraba de apreciarse, las exportaciones alemanas más baratas y competitivas no pudieron salvar la situación.

Merkel ha prometido algunas reformas laborales y económicas al estilo de los conservadores para zanjar la cuestión social y el desempleo, pero ahora nadie las considera viables, al menos tal como fueron anunciadas durante la campaña electoral.

Europa necesita una Alemania con una política estable y una economía en crecimiento. El nuevo gobierno de coalición tiene esa difícil tarea en un mundo cada vez más globalizado y desigual.
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados