Un exiliado reaviva la crisis en Ecuador

Silvana Larrea

Quito. - Desde su derrocamiento, el pasado 20 de abril, el ex presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, ha anunciado su regreso a Ecuador para recuperar el poder, que él asegura le fue usurpado por su vicepresidente y actual jefe de Estado, Alfredo Palacio. Anuncios reiterados de retorno, amenazas, declaraciones contradictorias han sido la tónica de Gutiérrez desde que dejó Ecuador, el 28 de abril, rumbo a Brasil gozando de asilo político.

Renunció a ese recurso el 7 de junio y tras cortas estadías en EEUU y Perú, finalmente fue a Colombia, pidió asilo político, le fue concedido el 4 de octubre y nuevamente renunció a él el jueves último, decidido -otra vez- a un "retorno inmediato" a Ecuador, cien veces anunciado.

Su regreso esta vez también parece inminente, como lo fue en meses pasados y no se concretó. Lo hace escudado en un polémico libro de su autoría, lanzado en Bogotá y que aún no llega a Quito, llamado "El Golpe", que a decir de Gutiérrez, hace importantes revelaciones sobre la situación política que llevó a su caída.


Un gobierno debilitado
Esta vez el anuncio de Gutiérrez ocurre en medio de una fuerte crisis del gobierno de Palacio, que, según afirma Gutiérrez, "se está cayendo solo". Con un mandato que se apresta a cumplir seis meses, el actual jefe de Estado ha visto desfilar por su gabinete a dos ministros de Economía, dos de Relaciones Exteriores, dos de gobierno, asesores acusados de corrupción. Trataron de encontrar el rumbo en el ámbito internacional y se opusieron en una primera etapa, duramente, a EEUU, luego atacaron a Venezuela y después establecieron fuertes lazos contraponiéndose a Colombia en temas de guerra interna, seguridad, inmigración y fumigaciones a las plantaciones de coca.

Sin aliados fuertes, carente de partido, Palacio, un médico cardiólogo cuya experiencia política se limita ha haber sido ministro de Salud entre 1992 y 1996 con escasos resultados, sigue buscando un norte para su gobierno cuando se le sobreviene 2006, año electoral en que se reemplazarán todas las dignidades del Estado, incluido el presidente, lo que hace prever que ninguna fuerza lo apadrinará.

La única posición que el gobierno mantiene respecto a Gutiérrez es la ejecución de la orden de prisión en contra del ex jefe de Estado, dictada por la corte de Quito bajo una acusación de sedición y de atentar contra la seguridad del Estado.

Por ello, casi un centenar de policías se mantienen a la espera, en el aeropuerto de la ciudad ecuatoriana de Manta.Si vuelve o no aún es un misterio. La hora del regreso ya fue cambiada tres veces en 24 horas. Justamente el avión en el que viajaba ayer Gutiérrez desde Bogotá hacia Manta tuvo que regresar a la capital colombiana por fallas técnicas tras media hora de vuelo.