Año CXXXVIII Nº 48826
La Ciudad
Política
Opinión
El Mundo
Información Gral
La Región
Policiales
Ovación
Cartas de lectores



suplementos
Escenario
Economía
Señales
Mujer
Turismo


suplementos
ediciones anteriores
Educación 30/07
Salud 20/07
Autos 20/07
Estilo 02/07

contacto

servicios
Institucional

 domingo, 31 de julio de 2005  
Estados Unidos
Un suicidio cuestiona la ética periodística
Un político se mató frente al diario Miami Herald ante la inminente publicación de una nota sobre su vida sexual

Hernán Maldonado

Miami. - Arthur Teele Jr., un poderoso político negro, será despedido hoy en Miami en medio de aclamaciones y condenas -en vida fue amado y odiado sin términos medios- y de un ardoroso debate sobre la ética periodística, reabierto por su suicidio.

"No estamos diciendo que Teele actuó bien o mal, sino que fue elegido como víctima por su raza y su poder", afirmó Max Rameau, un activista negro que junto con decenas de manifestantes manchó el viernes con pintura roja una pila de ejemplares del semanario Miami New Times frente al edificio de la publicación.

Teele, de 59 años, será objeto de homenajes de sus familiares y amigos antes de que su cadáver sea trasladado a Tallahassee, la capital del Estado, donde será enterrado mañana. El ex funcionario se suicidó el miércoles de un balazo en la boca en el vestíbulo del diario The Miami Herald.

Durante casi dos décadas el abogado afroamericano fue comisionado de Miami, hasta que fue suspendido por el gobernador Jeb Bush a fines de 2004 por acusaciones de haber amenazado a dos policías que intentaban detenerlo por manejar un auto policial sin placas.

Los problemas de Teele se agravaron la semana pasada, cuando la fiscalía le imputó 26 cargos por corrupción, lavado de dinero, sobornos y narcotráfico, entre otros. Aparentemente se enteró de que el Miami New Times publicaría un reportaje sobre su vida privada en el que se describe su relación con amantes y hasta con un joven prostituto con el que habría consumido cocaína.

Quizás nunca se sepa si Teele se enteró por anticipado del contenido de ese reportaje, que salió publicado a la mañana siguiente de su muerte. Teele llegó al anochecer del 27 de julio al vestíbulo del Herald pidiendo hablar con el columnista Jim DeFede. Habían hablado tres veces ese día, una de ellas durante 90 minutos.

DeFede recuerda haberle preguntado si quería que bajase al vestíbulo. Teele colgó. Se dirigió a un guardia de seguridad tras extraer una pistola y le pidió que transmitiera al periodista: "Que le diga a mi esposa que la amo". Y se disparó en la boca.

DeFede, ex periodista del Miami New Times y luego en el Herald, escribió por 14 años sobre la carrera política de Teele y algunos creen que hubo ocasiones en que "se pasó". ¿Teele fue al Herald a matar a DeFede y se arrepintió al final? Tampoco se sabrá.


Otra polémica por un despido
El diario despidió de inmediato al columnista argumentando que violó una ley de la Florida que prohíbe grabar una conversación con una persona sin su consentimiento. DeFede consideró exagerada la reacción. "Me condenan a la pena de muerte", dijo. Muchos de sus colegas se solidarizaron con él, dado que en muchos otros Estados norteamericanos es lícito grabar sin el consentimiento de la persona. El viernes, el Miami Herald reportó el despido, detallando las quejas de muchos de sus colegas del propio diario contra la medida. Y centenares de lectores protestaron por el despido y algunos cortaron sus suscripciones mientras otros amenazaron con hacerlo si no es reinstalado en su puesto.

Hay también quienes apoyan la decisión del editor Jesús Díaz, el segundo hispano en la más alta posición del centenario diario estadounidense y con apenas un mes en el cargo. Díaz dijo que no sabía las razones por las que Teele escogió el edificio de su diario para suicidarse. "Conjeturo que trató de entregarnos el mensaje de que nuestra cobertura tuvo algo que ver con su decisión", declaró.

Reiteró que el despido de DeFede se debió a la grabación ilegal que demuestra que el columnista "no estaba manteniendo la ética que rige en nuestra profesión". El grabar ilegalmente no es un delito grave, excepto cuando esa grabación sirve para chantajear a alguien, subrayó el jefe de policía de Miami, John Timoney.

Mientras tanto, Jim Mullin, editor del Miami New Times, sostuvo que su publicación lo único que hizo fue transcribir informes policiales públicos. "Sabíamos que no teníamos que interpretar el informe, sino dejar que hablara por sí mismo", dijo.

Pero el alcalde de Hialeah, una ciudad de la Florida, Raúl Martínez, está entre los que creen que la prensa pudo haber cruzado la raya. "Teele se mató cuando vio que no sólo se lo acusaba por corrupción, sino que se metían con su familia", dijo.

En lo que parecía ser una síntesis de lo que pensaban miles de estadounidenses, Martínez dijo que "los asuntos privados de una persona deben divulgarse sólo cuando se mezclan con los manejos públicos", algo que al parecer no figura en el caso del ex comisionado de Miami. (DPA)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados