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 domingo, 13 de marzo de 2005  
Panorama político
Santa Fe, la otra madre de la gran batalla electoral

Mauricio Maronna / La Capital

"El 2005 debe ser el año del presidente, se terminó el tiempo de los neutrales, los transversales y los pavos reales".

La frase de uno de los funcionarios más influyentes que tiene Néstor Kirchner retumba en el parador de un balneario de la costa atlántica que, lentamente sobre el atardecer, va quedando desierto. El miércoles pasado, el propio jefe del Estado le dio entidad a esas palabras: "En las elecciones legislativas se plebiscita mi gestión".

Créase o no, el omnipresente PJ arranca la temporada con un 2-0 en contra que hiere la autoestima de sus devotos, esos que recuerdan una verdad del general: "No perderás". La derrota en Santiago del Estero caló los huesos del peronismo. "(Pablo) Lanusse decía en la Casa Rosada que no había que apoyar a nuestro candidato (José Figueroa) y eso hizo que se perdiera tiempo. Cuando el presidente decidió jugar fuerte ya era tarde. Nos ganó el Frente Cívico, que no es otra cosa que la UCR más algunos sellos", añade el bronceadísimo secretario de Estado a La Capital.

Las elecciones en Catamarca fueron la frutilla de un postre que cayó pésimo en los curtidos estómagos justicialistas, infectados por el virus de la dispersión. Las tres fracciones (¿o facciones?) del peronismo dividieron los votos y les dieron rédito a quienes creen en el milagro de suponer que la UCR está vivita y coleando. La sumatoria de los sufragios obtenidos por el PJ (liderado por seguidores, familiares y amigos de Luis Barrionuevo), el MAP (conducido por Ramón Saadi) y el Frente para la Victoria supera lo obtenido por el también denominado Frente Cívico, un nombre que se ha puesto de moda y que seduce, incluso, a socialistas y radicales santafesinos.

Kirchner necesita anotarse la victoria en octubre en dos distritos clave: Santa Fe y Capital Federal. "En la provincia de Buenos Aires habrá que acordar con (Eduardo) Duhalde, no queda otra. Más allá de los infantilismos incomprensibles de (Felipe) Solá, el presidente sabe que no hay que apresurar los tiempos de la pelea. Además, la relación entre ellos es muy buena, se lo juro", intenta convencer la fuente mientras sus dos celulares vibran sobre la arena.

Algo de eso (además de una encuesta operada por un operador de mil batallas que recorre periódicamente la bota) se habló en el encuentro que el santacruceño mantuvo a fines de febrero con Carlos Reutemann en la Casa Rosada, lugar por el que se asomó Horacio Rosatti, potencial número uno en la lista de candidatos a diputado nacional.

Resulta curioso que cuando el jefe del Estado no desea confrontar a la hora de armar la nómina de postulantes, en la provincia se formalice el debut del sistema de internas abiertas, simultáneas y obligatorias. Frente a la inédita arquitectura made in Santa Fe, es ilustrativo detenerse en la entrelínea que dejaron los comicios santiagueños y catamarqueños. En la elección general, el candidato Figueroa recibió muy pocos votos extra que los cosechados en las internas. En Catamarca, a su vez, el abstencionismo, que rozó el 50%, se constituyó en un dato saliente. Tal vez, en un caso testigo.

Los porqués conducen a un mismo camino: falta de renovación dirigencial, ausencia de reforma política y desinterés de la sociedad por la cosa pública. ¿Imagina el lector a decenas de miles de ciudadanos independientes concurriendo a votar a las internas de los partidos santafesinos, probablemente en el próximo agosto?

Teniendo en cuenta las experiencias electorales del 2005 las respuestas serán afirmativas o negativas según la aparición de los ejes motivadores que en esas provincias brillaron por su ausencia. Los altos índices de imagen positiva que aún posee Kirchner constituyen la mejor carta del justicialismo. Por las dudas, el gobernador Jorge Obeid se adelantó a los dichos del sureño cuando declaró en enero a este diario que "en octubre se plebiscita al presidente".

Sin embargo, de la lista de luxe que los peronistas habían lucubrado solamente permanece Rosatti: María Eugenia Bielsa repitió hasta el hartazgo que cumplirá su contrato con los santafesinos que la eligieron vicegobernadora y Omar Perotti goza las mieles que caen sobre Rafaela, la Perla del Oeste. "No importa, los grandes electores son Kirchner y Reutemann. Si los dos hacen campaña, el 23 de octubre vamos a festejar", se entusiasma uno de los tantos dirigentes que sueñan con estar después del 10 de diciembre del 2005 en la Cámara baja de la Nación.

Para esto será necesario que el Lole rompa con la tesis que sugiere un actual legislador. "Gana siempre y pone los votos a plazo fijo. Solamente los saca cuando es él quien está en las boletas". Para quebrar ese modus operandi sus compañeros tendrán que encontrar razones valederas. Reutemann descree de lo que el primer mandatario le sugirió en el último cara a cara: "Le dijo que no quería ir a la reelección y que se vaya preparando...". En verdad, suena a utopía suscribir esas palabras en un país en el que la alfombra roja y el Sillón de Rivadavia apunan más que la altura de La Paz.

Mientras tanto, la oposición santafesina comienza a jugar el clásico previo a cada elección respecto a la conformación de una alianza electoral. Rubén Giustiniani, el cuadro político más importante del PS, fue claro, el viernes, al mandarles un mensaje a los radicales: "Tenemos una definición que ya no se discute. Hermes Binner será el primero en la lista a diputado nacional". La UCR deberá decidir entonces si quiere volver a ser cola de ratón o intentar el renacimiento como cabeza de león.

Como para sacar del aturdimiento a la dirigencia nacional que solamente piensa en alquimias electorales, el peso de la realidad estalló en sus narices. Los aumentos de precios volvieron a tomar el ascensor mientras los salarios transitan lentamente por la escalera. El episodio con la angloholandesa Shell volvió a mostrar otra creación tan argentina como el dulce de leche y la birome: piqueteros oficialistas (encabezados por el activista y diputado provincial bonaerense Luis D'Elía) escracharon y bloquearon los accesos a estaciones de servicio apenas el presidente lanzó la idea del boicot.

Todos los analistas que preanunciaron cambios en los modos y en el trato verbal del santacruceño hacia empresarios, periodistas, privatizadas, consultores (y sigue la lista) se han equivocado. Desde el mismo día en que asumió, la campaña permanente fue la táctica elegida para construir la legitimidad que le birló Carlos Menem con su fuga del ballottage.

Los efectos de Cromañón, las revelaciones sobre las narcovalijas, las derrotas electorales del PJ, las denuncias de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y el aumento de la canasta básica no lograron apaciguar las cantinelas presidenciales. La ausencia de adversarios con vocación real de poder le hace pensar al gobierno que todos los conflictos son (como Santiago del Estero y Catamarca) tormentas de verano que, a la hora de la verdad, no le generarán costos políticos de trascendencia.

En realidad, la oposición sigue en default y, muchas veces, se convierte en funcional a los intereses del Ejecutivo. Vaya paradoja: mientras el país requiere de nuevas caras o, al menos, dirigentes remozados, la "gran noticia" de las últimas horas es que Raúl Alfonsín está dispuesto a hacer un "esfuercito" para volver a conducir a la UCR.

Se escribió, pero no está de más repetirlo: la política argentina sigue siendo un museo de grandes novedades.


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