Asaltan una distribuidora de de bebidas y balean a su dueño

Tres hombres armados robaron dinero. El comerciante se recupera en el Centenario

El dueño de una distribuidora de bebidas en Empalme Graneros fue baleado ayer a la mañana por uno de los tres ladrones que, armados, irrumpieron en su local de Fraga y Juan B. Justo para robarle una cantidad no precisada de dinero. Alberto Rogelio Toledo, de 67 años, se recuperaba ayer de una lesión intestinal producida por el proyectil en una sala del Hospital Centenario, donde fue operado en horas del mediodía. Por su parte, un empleado y una clienta que estaban en el negocio durante el asalto no sufrieron lesiones.

Según vecinos de la esquina donde está la distribuidora, Toledo tiene instalado su negocio en el lugar hace cuatro décadas. Es una distribuidora de bebidas como gaseosas y cervezas. En el comercio trabaja un empleado que realiza repartos en bicicletas en algunos negocios del barrio y ayer, mientras estaba sacando el rodado para iniciar la jornada, fue abordado por los asaltantes.

"Ya eran las 8.30 y aparecieron tres tipos, todos armados. Uno parecía de 35 años, más o menos, y los otros dos eran pibes, pero no podría decir si eran mayores o no", describió Felipe, conocido en el barrio como el Mono. "Uno me dijo que me tirara al suelo -añadió el repartidor- y yo me senté. Entonces me puso el revólver en la cabeza mientras otro la apretaba a la clienta".

Los maleantes robaron el dinero que Toledo llevaba en uno de los bolsillos traseros de su pantalón. Según la versión policial, uno de los maleantes disparó mientras huían con el botín. Lo cierto es que el comerciante quedó tendido en la parte de atrás del negocio. La bala le ingresó por glúteo derecho y salio por el lado izquierdo de la ingle. Según fuentes del Centenario, ayer estaba fuera de peligro y su recuperación demandaría al menos cinco días de internación.

Si bien Felipe no pudo establecer cuál fue la secuencia de hechos, también le pareció que los ladrones ya tenían el dinero en sus manos cuando sonó el disparo. De lo que sí se mostraba seguro el repartidor ayer por la tarde era que los delincuentes, que "no eran del barrio", tenían bien estudiado el golpe.

"Eligieron un horario en el que saben que no hay mucha gente en la calle, pero de alguna manera conocían que en ese momento mi patrón tenía la plata para comprar las cervezas. Esto estaba estudiado, para mí que hubo una entrega", especuló el empleado.

Argumentos al margen, lo mismo le parecía a un vecino que vive frente al negocio asaltado, ubicado justo en una de las ochavas de la intersección de Fraga y Juan B. Justo. En un barrio en el que, según estos vecinos, "hay que cuidarse todo el tiempo", aunque coincidieron en que "últimamente las cosas venían más o menos tranquilas".

La de ayer fue la segunda vez que hombres armados asaltaron el local de Toledo. La vez anterior, según relató Felipe, murió el empleado a quien justamente él terminó reemplazando.