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 lunes, 13 de diciembre de 2004  
Brutal paliza a la salida de un boliche
Un muchacho denunció tremendos golpes por parte de patovicas de una disco ubicada en San Lorenzo yProvincias Unidas. Uno de los custodios lo habría amenazado con una pistola. El joven debió ser internado

Un joven de 20 años denunció haber recibido una tremenda paliza a manos de patovicas y allegados a un boliche ubicado en San Lorenzo y Provincias Unidas. El muchacho debió ser internado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) donde permaneció durante ocho horas y ayer se recuperaba de las heridas y contusiones sufridas en su casa de la zona sudoeste.

Según su relato, Marcos Germán Arroyo fue a bailar con dos amigos el viernes a la noche al boliche Yuclam, ubicado en San Lorenzo y Provincias Unidas. "Ya eran como las seis de la mañana -relató el joven- y yo estaba hablando con un conocido. Se acerca un patovica y me dice que teníamos que salir. Le contesté que esperara, así terminaba de conversar, todavía había gente adentro. Entonces el mismo patovica me agarró del cuello y me tiró a la vereda. Uno de mis amigos (en alusión a Oscar Rodríguez, de 27 años) le fue a preguntar por qué había hecho eso y le pegó dos piñas en la boca".

Marcos contó que los jóvenes agredidos increparon al patovica quien respondió "sacando una pistola 9 milímetros. No hizo ningún disparo, pero nos apuntó y nos gritó: «Tómenselas que los voy a matar»", afirmó el chico, quien aseguró que sus amigos se fueron del lugar pero "una Trafic del boliche" salió a perseguirlos.

"A mi amigo -prosiguió Marcos- le pegaron dos piñas más. El me dijo que me escapara y empecé a correr por Córdoba hacia el lado del río. Al llegar a Córdoba y Perú me agarraron del cuello. No era un patovica, sino otro muchacho que es amigo de los dueños del boliche. Eran como tres patovicas y otros cuatro tipos más".

En ese lugar fue donde el joven recibió la golpiza. Luego de ser tomado del cuello, volvió a toparse con el patovica que lo había agredido al principio. "Me pegó una patada en el estómago y entonces vinieron más, creo que eran como siete. Me empezaron a dar patadas en el estómago, en los riñones, en la cabeza", contó Marcos, enumerando las heridas recibidas en la espalda, piernas, brazos, en un oído. "Tengo media cara destrozada".

Según relató la víctima, los patovicas lo dejaron tendido en el suelo. Fue cuando lo encontró un amigo que vive cerca de la casa de la abuela de Marcos, quien aunque no habita en ese barrio se crió allí y tiene muchos conocidos. "Yo estaba inconsciente. Ese pibe me encontró y me quiso llevar, pero no pudo porque yo soy mucho más pesado que él. Me arrastró una cuadra y me llevó hasta Cullen y Córdoba. Cerca de ahí vive el otro amigo con el que había ido a bailar, pero a él no le pegaron porque se había podido escapar".

Marcos estaba inconsciente cuando su amigo José Torres, de 20 años, intentó reanimarlo. "Me ayudó a escupir sangre, me hizo respiración boca a boca y más o menos me desperté. Creo que llamaron una ambulancia pero no quiso ir. Entonces me llevaron a la casa de mi abuela y llamaron a mi mamá. En lo de mi abuela me acostaron en un colchón en el patio y me limpiaron un poco, porque estaba lleno de sangre", sostuvo.

La madre de Marcos, María Rosa Barreros, y su pareja llevaron al chico en un remís hasta el Heca, donde permaneció internado durante ocho horas. "Me desperté como a las cuatro de la tarde", dijo el joven, quien trabaja desde los 14 años y actualmente hace changas de pintura. Pero anteayer, por la golpiza recibida, no pudo asistir a un trabajo.

Por su parte, María Rosa demostró su indignación por lo sucedido, pero también miedo. Es que el sábado a la noche, según denunció, una camioneta 4x4 habría estado merodeando el barrio. "Una vecina -contó la mujer- me dijo que dos grandotes se bajaron de una 4x4 bordó y preguntaron por un chico que se había accidentado. No se qué más quieren. Le destrozaron la cara, ¿lo quieren matar ahora?".

El viernes era la tercera vez que el joven iba a bailar a ese boliche. Una de las veces anteriores también dijo haber sido tomado del cuello por un patovica pero no hizo la denuncia. Sin embargo, esta vez sí concurrió a la comisaría 14ª para dar cuenta de la paliza sufrida.
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Marcos muestra los rastros de la golpiza del sábado.

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