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 lunes, 13 de diciembre de 2004  
En 1973 la dictadura chilena impidió que Allende tuviera un funeral con rito masónico

Santiago. - El gran maestro de la masonería de Chile, Jorge Carvajal, reveló que la Junta Militar que asumió tras el golpe del 11 de septiembre de 1973 impidió que el derrocado Salvador Allende tuviera un funeral con los ritos propios de la orden.

Además, en declaraciones a una radio de Santiago, Carvajal dijo que no es cierto que la masonería haya abandonado al mandatario. Al respecto, afirmó que el gran maestro de la época contactó con el comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile (Fach), general Gustavo Leigh, para que éste intercediera, pero que el uniformado (miembro de la primera Junta Militar) se negó a hacerlo.

El ex presidente chileno solicitó su ingreso a la Logia Progreso de Valparaíso, en julio de 1935, con estas palabras: "Yo, Salvador Allende Gossens, de mi libre y espontánea voluntad, y bajo mi palabra de honor, me ofrezco como candidato a la sociedad masónica... deseando ser útil a la Humanidad". Era nieto de un antiguo Serenísimo Gran Maestro de la Gran Logia de Chile, e hijo de otro masón.

Salvador Allende fue derrocado con el golpe de Estado que encabezó el general Augusto Pinochet, tres años después de haber sido electo presidente.

En su discurso de despedida, antes de dispararse un tiro en la cabeza, señaló: "Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que el sacrificio no será en vano, que habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición".Sus restos fueron sepultados con rapidez, el 12 de septiembre de 1973, por su esposa Hortensia Bussi en el cementerio Santa Inés de Viña del Mar. Además de la viuda, sólo hubo cuatro asistentes más al entierro, la mayoría de ellos familiares y todos bajo fuerte custodia policial.

A Hortensia Bussi se le había denegado la posibilidad de ver el cuerpo de Allende. Ante su insistencia, finalmente abrieron el ataúd, pero sólo pudo ver el sudario que cubría el cadáver. Eso alimentó la sospecha de que Allende había sido asesinado, o que no estaban enterrando sus restos.En 1990, al retornar la democracia a Chile y en un funeral público al que asistieron miles de personas, los restos de Allende fueron trasladados al Cementerio General de Santiago.Para verificar que se trataba del cuerpo del ex gobernante, Arturo Jirón, ex médico personal de Allende, reconoció la osamenta, terminando así con las dudas sembradas casi dos décadas antes. (DPA)
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