"Rosario entre dos siglos", una muestra de fotos centenarias que sorprende y emociona

Las increíbles imágenes del pasado de la ciudad dejan sin palabras al público que se acerca a la plaza Montenegro

Silvina Dezorzi / La Capital

Una comparsa con pulcrísimos disfraces claros avanza por calle Mitre hacia Córdoba. Escoltan la escuadra, sobre ambas veredas, alborotados enjambres de chicos oscuros y descalzos. Es 1900, es Rosario. Unos metros más allá, otros chicos pobres interpelan a la cámara con sus ojos grandes, esta vez ojos claros, de inmigrantes, mientras arman cajas de cigarros en una de las primeras fábricas de la ciudad, la cigarrería Testoni y Chiesa, en 1910. Llevan parches en las rodillas de sus trajecitos raídos y botines manchados de barro. También está el entierro masivo de las víctimas de la revolución radical de 1893: inconfundible El Salvador, al fondo, con sus columnas clásicas. Es el destino de los caballos, mateos y otros carruajes con que los rosarinos van a despedir a sus muertos. Todo esto y mucho más conmueve por estos días a quienes se acercan hasta la plaza Montenegro (San Martín y San Luis) para apreciar la muestra de fotos "Rosario entre dos siglos, 1890-1910". Sencillamente imperdible.

"Estas imágenes, tan fantásticas, tan emocionantes, no se tendrían que sacar más de acá porque enseñan a la gente a querer su ciudad y reconocer su historia", afirmó Delia (87) mientras recorría la exposición que hasta el sábado próximo se puede visitar frente al Centro Cultural Bernardino Rivadavia.

La muestra es un oasis sobre el desierto en que se convierte la enceguecedora explanada de la plaza Montenegro, sobre todo en verano. Allí, una serie de 48 fotos tomadas entre 1890 y 1910 por los hermanos Santiago y Vicente Pusso muestra una Rosario distinta: retratos de costumbres burguesas y populares, edificios que hoy tendrían alto valor patrimonial, hitos civiles y políticos de la historia local, inicios de obras públicas como el parque Independencia, carnavales, romerías, rostros que asoman desde un más allá del tiempo ido.

Sorprende la calidad técnica y la sensibilidad de las tomas de los hermanos Pusso, fotógrafos amateurs que desde muy jóvenes registraron las imágenes de Rosario por esos años en que la ciudad "dejaba de ser una pequeña aldea para convertirse en la gran urbe del siglo XX que conocemos", aclara uno de los carteles de la muestra. Las fotos pertenecen a la colección Pusso, de la Escuela Municipal de Museología.

Quienes pasan por la plaza sin previo aviso de la muestra quedan boquiabiertos y no ahorran elogios. En diálogo con La Capital, algunos de los visitantes usaron elocuentes calificativos para describirla durante el fin de semana pasado. "Es una joya", "maravillosa", "conmovedora", "fantástica", dijeron por turno.

La gente recorrió foto por foto (montadas sobre estructuras metálicas de doble faz) buscando referencias o recuerdos. "Yo me acuerdo de estos fotógrafos, Lili, en el parque siempre estaban", se oyó decir a una mujer mayor cuando junto a una amiga se deleitaba ante la imagen. Se refería a una de las fotos más atractivas de la muestra: como en un duelo, un "fotógrafo itinerante" sorprendido por la cámara de los Pusso.

Ropas de época (ni un hombre sin sombrero, vaporosos vestidos y sombrillas de las señoritas del Novescento, trabajadores con gorra y pañuelo), pobreza de época (curtidos rostros de obreros fabriles y portuarios, niños descalzos), riqueza de época (bellísimos edificios, la primera exposición de la Sociedad Rural, enormes navíos en el puerto), paisajes de época (el Bajo de los Sauces, el por entonces pueblo de Alberdi, la plaza 25 de Mayo enrejada, la desaparecida Jefatura de Política donde hoy se levanta el Correo Central, la construcción de la Intendencia, los baños del Saladillo). Todo es pasado. Y aun así, se sigue reconociendo a Rosario.

La foto del Velox Club, vanguardia del ciclismo local, conmueve a los rosarinos.