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 lunes, 13 de diciembre de 2004  
Arte y religión

El escándalo suscitado por la muestra de León Ferrari en la Capital Federal suscita las siguientes reflexiones: a) no cualquier cosa es arte. Para que lo sea tiene que revestir cierta cualidad objetiva, ya que no basta que su autor o algunas personas califiquen a algo como obra artística para que verdaderamente lo sea. Actualmente, a impulsos de modas pasajeras, afán de notoriedad o por diversas ideologías hay profusión de seudo obras artísticas. El arte se corresponde al valor belleza, a la elevación del espíritu. No puede haber arte donde hay fealdad, bajeza o repulsión, como cuando en Nueva York se empleó bosta de elefante como marco para una agresión a sentimientos religiosos. b) En la sociedad -en función de la convivencia, del respeto mutuo y del bien común- no hay derechos absolutos. Por ende todas las actividades humanas incluso el arte y la ciencia deben amoldarse a la ética. Por ello las libertades de expresión artística o de investigación científica no pueden ser absolutas so pena de graves riesgos para la humanidad, recordemos los experimentos nazis del doctor Mengele. La libertad de expresión no autoriza a injuriar a otro ni la tolerancia confiere impunidad para agredir. c) Ultimamente seudos artistas o minorías vociferantes se empeñan en agraviar y en pretender silenciar a las religiones tales como la citada muestra en Nueva York y las pintadas de activistas gay en la catedral de Buenos Aires. d) La temática de la obra de Ferrari se centraliza en representaciones que agravian y ridiculizan a personajes, símbolos y creencias religiosas y por ende hieren la sensibilidad de sus fieles. Hace dos años efectuó una exhibición de esas características aquí en Rosario. e) Sugestivamente, el padre de dicho señor fue un destacado constructor de iglesias y/o pintor de obras religiosas por lo que la obra opuesta de su hijo sugiere el odio que profesa a la Iglesia y el grado de conflicto que tiene con la memoria de su padre. f) Con malicia, en procura de mayor impacto, la muestra controvertida se inauguró en vísperas de la máxima fiesta de la cristiandad. g) Es inaceptable que -siendo la iglesia Católica cofundadora de nuestra Nación, su religión tradicional y que una parte apreciable de la población, de los contribuyentes, profesemos dicha creencia, que con fondos públicos, o sea con fondos de católicos- se financien muestras que agravian a nuestra religión, lo cual constituye una especie de malversación de caudales públicos. h) En perspectiva, por años nadie se acordará de Ferrari ni verá su obra, la Iglesia seguirá como lo ha hecho durante dos mil años, pese a múltiples crisis y tempestades. Y para los que creemos en la Justicia divina, oportunamente Dios se ocupará de quienes lo agravian a él, a su madre y escandalizan a sus seguidores.

Raúl Miguel Ghione


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