La palabra de un comisario

El ex jefe de la policía bonaerense, comisario general retirado Osvaldo Somohano, aseguró durante el juicio que su hijo, uno de los federales imputados por el hecho, es inocente y víctima de una interna dentro de la seccional para la que trabajaba. "Ruego porque esto se esclarezca; mi hijo no tiene nada que ver con este hecho, al igual que el resto de los policías", dijo respecto a su hijo Gastón el comisario retirado de 68 años.

Somohano contó un episodio previo al crimen de Demonty en el que un suboficial de la comisaría 34 le recomendó que saque a su hijo de esa seccional, porque estaba enfrentado con un oficial inspector, por una serie de tareas de inteligencia que había hecho en la villa. El ex jefe de la bonaerense -entre 1990 y 1991 durante la gobernación de Antonio Cafiero- contó que, preocupado por esta situación y porque notaba muy demandante el trabajo de su hijo, fue a visitar al entonces jefe de la Policía Federal, comisario general Roberto Giacomino, pero fue atendido por el subjefe, Julio César Peremateu.

Somohano contó que en esa reunión le pidió a Peremateu que trasladara a su hijo a alguna delegación del interior o a la División Canes, porque al igual que él "tenía adoración por los perros" y señaló que sólo logró que en vez de ser jefe de brigada, lo nombraran jefe del servicio externo, puesto que ocupaba el subinspector cuando ocurrió el episodio en el que murió Demonty.

"Yo no esperé nunca tener un hijo involucrado en una causa como ésta. Conozco su ética, siempre fue un chico normal, sin problemas de conducta, no es mentiroso, es trasparente, eligió este trabajo de policía porque siguió mis pasos y era un buen policía", dijo sobre su hijo.