Año CXXXVII Nº 48501
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 04/09
Campo 04/09
Salud 01/09
Autos 01/09


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 05 de septiembre de 2004

Con cuentagotas. Ocho años de una concesión signada por múltiples renegociaciones con el visto bueno de la provincia
Aguas recauda millones en Rosario, pero se olvidó de invertirlos en obras
Entre el 2000 y el 2003 tenía que realizar trabajos en la ciudad por 56 millones de pesos y sólo desembolsó 7

Laura Vilche y Diego Veiga / La Capital

Un contrato signado por múltiples renegociaciones, o como se conoce más popularmente, un tire y afloje permanente. Así podría definirse a la concesión del servicio de agua potable y cloacas que Aguas Provinciales de Santa Fe explota desde 1995 en 15 localidades de la provincia. Hoy, en medio de fuertes cuestionamientos, una maraña de decretos dispuestos durante todos estos años por el Estado provincial -que hasta habilitó una suba de la tarifa del 13,85%- plasman una realidad elocuente: sólo en Rosario la empresa tenía que invertir desde mayo de 2000 hasta abril de 2003 más de 56 millones de pesos, y según datos del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), desembolsó algo más de siete.

La falta de inversiones la padecieron directamente miles de vecinos de la ciudad. Por las obras no realizadas en estos años, los que viven en el radio antiguo de la ciudad se acostumbraron a que sus calles se inunden. Los de las zonas sur, oeste y noroeste padecen falta de presión de agua en sus canillas y, ante la ausencia de cloacas, también conviven con zanjas putrefactas, verdaderos focos infecciosos donde se pasean ratas y mosquitos.

Pero el diálogo entre la provincia y la firma también se encuentra atravesado por otra cuestión. Mientras el gobierno de Jorge Obeid hace fuertes declaraciones contra la compañía de capitales franceses, en Washington sigue firme una demanda que la empresa presentó contra el Estado nacional para exigir un resarcimiento económico a raíz de la devaluación.

La presentación judicial exige un laudo por 169,1 millones de dólares, según lo calculado a fines de 2002 en concepto de "indemnización" ante acciones que la firma describe como "nacionalización" y "expropiación" por parte de Santa Fe.

Quizás allí radique parte del notable cambio de actitud que las autoridades provinciales comenzaron a evidenciar hacia Aguas. La empresa, en tanto, se ampara en la interminable seguidilla de decretos que la habilitaron una y otra vez a suspender obras programadas y renegociar plazos y montos, remarca que "nunca" incurrió en incumplimientos y ratifica su voluntad de "seguir prestando el servicio".

Esa voluntad le hace fruncir el ceño a más de un integrante de asociaciones y ONG que defienden los derechos de los consumidores. Desde el sector esbozan otra teoría. "A la empresa no le es rentable quedarse en el país y eso seguramente se lo han planteado a la Gobernación. Lo que pasa es que para que obtengan mayores ganancias los caminos son dos: un aumento de tarifa o disminuir la cantidad de inversiones previstas", asegura desde la Asamblea Provincial por el Derecho al Agua, Alberto Muñoz.

Si la teoría tiene algo de verídico, la administración de Obeid debería afrontar los costos de ceder en algunas de esas dos probables hipótesis. ¿O quizás se transformen en moneda de cambio para bajar los decibeles en la disputa jurídica internacional que se dirime en Washington?

Por ahora, el gerente de Relaciones Públicas de Aguas Provinciales, Alfredo Parcel, remarca que "en ocho años de concesión, la empresa jamás ha tenido reparto de dividendos y lo poco que se ganó, se reinvirtió en la concesión".

Las cifras suministradas por la empresa dan cuenta que desde el inicio de la concesión sumando las quince localidades se pasó de un 47% de usuarios con cloacas a un 66%; y la producción de agua potable creció un 75%.

Y según datos del Enress, la empresa recaudó el año pasado -solamente en Rosario- 62.484.073,79 pesos. Desde la Asamblea por el Derecho al Agua, en tanto, aseguran que el aumento del 13,85% en las boletas le representó a la empresa un ingreso extra desde 2000 hasta 2004 de 28 millones de pesos, siempre hablando sólo de los números de la ciudad de Rosario.

Algo es seguro, avalado por decretos o no, el hecho de que casi el 30 por ciento de la población rosarina no tenga cloacas no despierta muchas simpatías en la Municipalidad de Rosario. A eso se suman los múltiples reclamos de vecinos de los barrios del sur, oeste y el noroeste que carecen de suficiente presión de agua, y la de los que viven en el macrocentro, que se inundan tras cada lluvia.

Ante esta situación, la gestión de Miguel Lifschitz esbozó la semana pasada la idea de municipalizar la prestación del servicio, iniciativa que cosechó la inmediata adhesión de la Intendencia de Rafaela.

Omar Perotti, intendente de esa localidad, aseguró que a raíz de la falta de obras su ciudad vive una "situación de emergencia" (ver página 5) y destacó que "debe darse un corte definitivo a esa realidad".

Pero la idea de municipalizar la prestación no es una utopía. Lifschitz ya tiene en sus manos una propuesta elaborada por la Dirección de Hidráulica municipal que plantea completar la red cloacal de toda la ciudad en un lapso de seis años.

En el informe, los técnicos de Hidráulica destacan que será necesaria una inversión mensual de 1.250.000 pesos, el costo total de la obra demandará algo más de 90 millones de pesos y generará la creación de unos 300 puestos de trabajo en forma directa.

A la hora de analizar las posibles fuentes de financiamiento, el municipio toma en cuenta la "probable incobrabilidad de la obra a los usuarios", y prevé el recupero de la inversión en el caso de provisión del servicio a establecimientos comerciales e industriales.

El director de Hidráulica municipal, Alberto Daniele, remarcó los que a su entender son "los tres compromisos más importantes no realizados por Aguas Provinciales en Rosario": el saneamiento pluvial del radio antiguo de la ciudad, la extensión del servicio de agua y completar la red cloacal.

"Al 31 de diciembre de 2002, el concesionario debía asegurar con nuevos conductos una capacidad de drenaje suficiente en el radio antiguo para soportar grandes tormentas, pero esto no se hizo", explicó Daniele.

Se denomina radio antiguo a un amplio sector limitado por el río Paraná al este, Seguí y Ayolas al sur, Olivé al norte y Avellaneda al oeste.

El funcionario detalló que a raíz de que estas obras no están hechas, "el macrocentro se inunda con mucha frecuencia y a la gente que vive en planta baja se le rebalsan los inodoros". Esto último es debido a que en esa zona de la ciudad el desagüe es pluviocloacal (convergen en el mismo conducto líquidos cloacales y pluviales).

Y si esta realidad ya de por sí es engorrosa, más dramática es todavía la que padecen los vecinos que no tienen cloacas (ver nota aparte). Un estudio epidemiológico de la Secretaría de Salud municipal reveló que en esos sectores se encuentran "los mayores registros de enfermedades hídricas: enterocolitis, y hepatitis A", entre otros padecimientos.

Estas realidades refuerzan para el municipio la idea de municipalizar la prestación con el claro objetivo de revertirla. "La Municipalidad podría afrontar el servicio, y es más, corresponde que lo haga. Los municipios están más cerca de los vecinos y de sus reclamos. En un tiempo el servicio de agua y cloacas lo manejó Obras Sanitarias desde Buenos Aires, después la Dipos desde Santa Fe y ahora Aguas Provinciales desde Europa", ironizó un alto funcionario municipal.


Una larga historia
La historia de la privatización del servicio de agua y cloacas en 15 localidades de la provincia se remonta a fines de 1995. Por esos días, el entonces gobernador Carlos Reutemann puso la concesión en manos de Aguas Provinciales de Santa Fe, que se hizo cargo de la prestación en las ciudades de Santa Fe, Rosario, Rafaela, Esperanza, Gálvez, San Lorenzo, Funes, Capitán Bermúdez, Cañada de Gómez, Granadero Baigorria, Casilda, Firmat, Reconquista, Rufino y Villa Gobernador Gálvez.

Dos años después, el Enress -mediante la resolución 142/97- destacó que se estaban produciendo atrasos en el nivel de servicios de cloacas y la expansión de los servicios de agua.

Vale aclarar que por esta concesión la empresa no paga un canon, sino que se trata de un contrato de metas y objetivos, en el que el concesionario se obligaba a alcanzarlos, independientemente de los medios utilizados para ello.

En 1999, un decreto provincial dispuso la apertura de una instancia renegociadora del contrato, y más tarde el Ministerio de Obras Públicas provincial terminó suspendiendo los plazos previstos para el cumplimiento de las metas y objetivos.

Las negociaciones se extendieron hasta el 28 de abril del 99, cuando por ley 11.665 se renegoció nuevamente todo el contrato y se acordó un aumento tarifario del 13,85%. Ese aumento estaba previsto para costear el gasto de las obras de cloacas en la ciudad, que nunca se hicieron.

Esta renegociación, rubricada por el propio Obeid -hoy una de las voces más críticas hacia la empresa-, y por el entonces ministro de Obras Públicas Edgardo Berli -actual miembro del Enress, según señalan desde la Asamblea por el Agua- también reprogramó el cronograma de obras pautadas.

Sin dudas ha corrido mucha agua bajo el puente. Por ahora, resta esperar que el próximo 22 de septiembre Aguas presente el plan de obras que ahora le exigió la provincia. Los vecinos, ya cansados de tantas dilaciones, se preguntan si habrá una nueva renegociación y se preparan para pasar un verano más, sin cloacas, con poca agua y con el riesgo latente de contraer infecciones y enfermedades.



enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
En Larralde al 3200 (zona oeste) llenar un balde requiere de mucha paciencia.

Notas Relacionadas
Cómo es vivir en barrios sin cloacas y poca presión de agua

A la noche

Perotti: "Se está jugando con la gente de Rafaela"

Las asociaciones de usuarios le piden a la firma que se vaya


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados