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 domingo, 20 de junio de 2004

Ecos de un final anunciado
Newell's y Chicago, más allá del fútbol
Los leprosos se solidarizaron con el Torito

Todavía está fresco el enorme papelón que hicieron los futbolistas de Boca y River en el partido de ida de las semifinales de la Libertadores. Ese día quedó la sensación de que el fútbol había dado un paso atrás. Pero ayer se vivió la antítesis de aquello, por lo cual podría decirse que el más popular de los deportes suele tener tropezones pero siempre está dispuesto a redimirse.

Apenas Bassi pitó el final, a los 45 minutos y 23 segundos del complemento, todos y cada uno de los jugadores de Newell's salieron disparados para abrazar a sus colegas de Nueva Chicago que lloraban desconsolados por la pérdida de la categoría.

Tendrá idea Patiño, por ejemplo, de cómo se llaman los muchachos que él consoló con abrazos y golpecitos en la cabeza. Se cita el ejemplo del colombiano por su lógico desconocimiento del fútbol argentino, pero cabe para todos.

El acto solidario supera ampliamente el interés que pudo haber generado el 2-0 que Newell's se llevó. Después de aquello de los abrazos el plantel rojinegro se plantó en la mitad de la cancha y aplaudió a la hinchada local por su apoyo incondicional en el momento más duro que vivió la entidad desde que volvió a primera. Mientras, los hinchas ñulistas se retiraban en un silencio tan respetuoso como emotivo. Al punto que recibieron el agradecimiento de todos los plateístas de Chicago.

A.C.

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El descenso tan temido. Los jugadores rojinegros saludan con respeto a sus colegas.

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Newell's cumplió su rol


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