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 domingo, 20 de junio de 2004

Una Constitución para una Europa que avanza y en la que todos ceden un poco
Será la base jurídica que regirá el destino de los 455 millones de ciudadanos del bloque comunitario

Elisa Santafe

Bruselas. - La Constitución que adoptó el viernes la Unión Europea (UE) le dota de varios instrumentos que le permitirán avanzar en su proceso de integración, para lo cual los 25 miembros de la Unión tuvieron que hacer concesiones, aunque intentaron que fueran las menos posibles. Con su primera Carta Magna, la UE se dota de personalidad jurídica y sus 455 millones de habitantes van a "compartir una ciudadanía europea con un conjunto de derechos para millones de ciudadanos", resumió el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.

Además incluye la reforma de las instituciones europeas -Consejo, Comisión y Parlamento europeos- para agilizar su funcionamiento en un momento en que la UE acaba de ampliarse a 10 países y espera tener 29 miembros con la futura entrada de Bulgaria, Rumania, Croacia y Turquía.

La creación de la figura de presidente de la UE durante dos años y medio y la del ministro de Relaciones Exteriores ayudará a dar más estabilidad y visibilidad de la UE en el exterior y a ampliar la incipiente política extranjera de la UE.

La Constitución incluye además la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, aprobada en el año 2000, lo que le da un estatuto legal. Pero se trata de un acuerdo "de mínimos" forzado para "evitar la crisis", según el diario francés Liberation.

De hecho, en la reforma institucional, el capítulo más candente, se buscaron fórmulas para contentar a todos y evitar perder poder e influencia en las decisiones tomadas a nivel europeo, con complejos sistemas que ponen en duda el objetivo de simplificar los trabajos en la UE.

Las decisiones tomadas por mayoría en el consejo de ministros deberán contar al menos con el apoyo del 55% de los países que representen al menos 15 de ellos, y del 65% de la población, y para bloquear decisiones deberá constituirse un grupo de al menos cuatro países. Con esta fórmula, los países pequeños no consiguieron incrementar el porcentaje mínimo de países, mientras que España logró "impedir un directorio" de tres países grandes que pueda bloquear decisiones.

Polonia, que junto con España fue el año la más reacia a modificar el sistema de votación por estimar que perdía poder, se plegó y además consiguió una cláusula para aplazar decisiones para conseguir mayorías fuertes.


Los países chicos, conformes
La reforma de la Comisión Europea contentará en una primera etapa a los países pequeños y a los nuevos y más tarde a los más europeístas. Los 25 países tendrán un comisario cada uno para dar esta oportunidad a Polonia, República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia, Lituania, Letonia, Estonia, Chipre y Malta, los 10 que se integraron el pasado 1º de mayo. Pero a partir de 2014, la comisión se reducirá a un número igual a dos tercios de los países de la UE para evitar que el Ejecutivo europeo se convierta en un gigante ingobernable.

El Parlamento Europeo, que extiende sus poderes, tendrá un máximo de 750 diputados, frente a los 732 actuales, con un máximo de 96 para el mayor país, Alemania, que perderá tres, y un mínimo de seis para los más pequeños, Luxemburgo y Malta, que supondrá un escaño más para este último.

España, que en virtud del último tratado europeo perdió 10 escaños, estima que con la Constitución ganará "cuatro o cinco", en palabras de Zapatero. El Reino Unido por su parte consiguió que la ampliación de las decisiones que se tomarán por mayoría no afecte sectores en los que quiere seguir teniendo independencia frente a la UE, la fiscalidad, la seguridad social y la política exterior y de defensa, con lo que "una vez más consiguió frenar el proceso de integración", reprocha el diario italiano Corriere della Sera.

Tras la adopción de este tratado viene el difícil proceso de ratificación, que muchos países querrían hacer por referéndum. La masiva participación que se espera para ratificar la Carta Magna está en peligro después de la alta abstención registrada en las elecciones europeas del pasado domingo, la más alta en la historia de la UE. Será un "proceso largo y complejo", según el español El País, que llevará hasta al menos 2006. "Buena suerte con el referéndum", desea el diario La Libre Belgique. (AFP)

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El canciller alemán junto al presidente francés, tras la cumbre europea en Bruselas.

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