Conflicto universitario

Con motivo de los sucesivos paros docentes que vienen desencadenándose desde hace varios meses, el día 5 del corriente mes se publicó una carta de lectores firmada por el ingeniero M. Oroño. En la misma, después de dejar explicitada una breve caracterización de la "miseria instalada" en el país, se concluye con que sólo puede esperarse aumentos míseros (también) en los salarios de los docentes. A partir de este punto, el escrito avanza hacia el planteo de tres "soluciones" fuertes (aunque no por eso novedosas): 1º) la autogeneración de recursos por parte de las facultades, cosa que actualmente se está haciendo bajo la forma de venta de recursos a terceros; 2º) la obligatoriedad del pago de aranceles por parte de estudiantes extranjeros. Y por último, la propuesta del ingeniero se centra también en el cobro de aranceles a alumnos argentinos (¿o rosarinos solamente?). Pero cuidado, no todos los estudiantes tendríamos que pagar para acceder a nuestro derecho de recibir educación, deberíamos hacerlo sólo aquellos que elegimos carreras que sirven "muy poco al desarrollo del país". Sí, para el ingeniero Oroño, algunas carreras de formación en ciencias sociales, como filosofía, letras, etcétera (según sus propios ejemplos) sirven sólo para el desarrollo personal de sus estudiantes. Mientras que las que sí resultan útiles para el país son las carreras que pertenecen a las facultades de ciencia y técnica. Por ello, éstas últimas estarían exentas de un cobro de arancel pero deberían imponer formas de ingreso restricto. No pretendo remontarme aquí a la historia de la cultura occidental para justificar la importancia de la filosofía y las letras para el desarrollo, no ya del país sino de la humanidad. Sólo quiero decir dos cosas: una es que, lamentablemente, las ideas expresadas por Oroño ya fueron planteadas desde hace demasiado tiempo y es más, algunas ya son hechos. .. Por ejemplo, diariamente me entero que varios de los estudiantes de los que no accedieron a Medicina son hijos de obreros. Y esto es así precisamente porque en esa facultad existe examen de ingreso: existe restricción al ingreso. Por último, creo que el debate de las condiciones en que se encuentra la educación superior hoy y las formas en que éstas pueden superarse, debe ligarse necesariamente al rescate de lo que el ingreso irrestricto y la gratuidad de la enseñanza significaron para el país: la posibilidad real de ascenso social para una gran parte de la población argentina. No debemos olvidar que nuestras universidades fueron ejemplo para toda Latinoamérica y que los movimientos políticos que de ellas emanaron fueron bandera de lucha en varias universidades del mundo. Por eso, mi saludo no es para los estudiantes que en lugar de estudiar se encargan de limpiar sus establecimientos educativos, mi saludo y mi admiración es para aquellos estudiantes que a principios del siglo pasado se atrevieron a organizarse para transformar en espacios democráticos y fomentadores de pensamiento crítico a las universidades de las que formaban parte: los protagonistas del movimiento estudiantil por la reforma universitaria.

Verónica Vogelmann, estudiante

de la carrera de Antropología, trabajadora gastronómica

e hija de trabajadores