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 domingo, 18 de abril de 2004

La resistencia. Zulma Cavallero y la coeducación como paso a la integración
"Las aulas mixtas no garantizan por sí solas la igualdad de oportunidades"
Para la pedagoga la escuela también repite estereotipos donde la mujer es modelo de buena conducta

Que los chicos y las chicas estén juntas en una clase no alcanza para garantizar igualdad de oportunidades educativas para ambos sexos. Más aún si en la escuela se repiten estereotipos que ubican a las mujeres como modelo de buena conducta y se reserva la tolerancia para los varones. Esto es lo que advierte la pedagoga y especialista en estudios de género Zulma Cavallero. "Las aulas mixtas por sí solas no garantizan la igualdad de oportunidades", señaló y, en cambio, propuso una escuela coeducativa donde se integren los aspectos femeninos y masculinos, se intercambien roles y se borren las rígidas diferencias.

-¿Sostener la educación de chicos y chicas por separado es anacrónico?

-Hay matices. En general podemos decir que en una sociedad democrática y plural no hay razones para que existan escuelas exclusivas para un solo sexo. Pero hay que ser cuidadosos porque juntar chicos y chicas en las clases no resuelve el problema de la desigualdad de género en la educación. En muchas escuelas mixtas se trabaja con ambos sexos, pero se reproducen estereotipos. Están juntos, pero se estimula a los varones para que sean más activos, mientras que a las chicas se les da el modelo de buena conducta y hasta se las utiliza para controlar a los varones.

-Es cierto, los directores de las escuelas técnicas dicen que desde que hay mujeres los varones tienen mejor conducta...

-Sí, pero también hay formas más sutiles de discriminación en el aula. Una investigación hecha en España contaba cuántas veces las maestras se dirigen a los varones y cuántas a las niñas, y allí encontraba grandes desigualdades. Eso también se da en las universidades, donde los docentes responden más a las preguntas de los varones. Y esto demuestra que las aulas mixtas no garantizan por sí solas la igualdad de oportunidades. Tiene que darse un trabajo de reflexión en la docencia alrededor de qué queremos de una escuela democrática, donde todos y todas tengan las mismas oportunidades de trabajar, de aprender y de ser creativos. Por otro lado, los planes de estudio pueden ser muy igualitarios, pero en los libros de lectura y en los manuales el protagonista es siempre masculino.

-¿Por ejemplo?

-La historia es una disciplina centrada en personajes masculinos. Pareciera que los que han hecho la historia han sido los varones, que entonces aparecen como héroes e impulsores del progreso. Y las mujeres sólo están en cuestiones maternales y acompañando al varón, mientras que la historia fue diferente. Además, la sociedad se ha transformado y las mujeres hemos empezado a tener un protagonismo político y económico mucho mayor.

-Incluso, actualmente en muchas familias son jefas de hogar...

-Es cierto, porque la sociedad cambió y se volvió más flexible. Sin embargo, en los libros de lectura siempre aparece el protagonismo masculino y la mujer en los ámbitos privados. Incluso en libros actuales encontramos antologías literarias donde no hay representación de mujeres escritoras ni temas que tengan que ver con una representación pluralistas de la sociedad.

-¿No es curioso que esto suceda en el ámbito de la educación donde el protagonismo de las mujeres, como maestras, es fundamental?

-En el aula no está la maestra sola, sino que hace frente a muchas tradiciones. Hay que hacer un trabajo de concientización y de reflexión para notar estas diferencias. Hay que salir del sentido común que establece que hay un mundo estereotipado y que las diferencias entre varones y mujeres son naturales, en lugar de ser desigualdades construidas.

-¿El debate sobre estas cuestiones de género está presente en el ámbito educativo?

-Antes de la aprobación de la ley federal trabajamos en el Congreso Pedagógico. En los contenidos básicos comunes del 94 aparecía la perspectiva de género. Pero luego hubo presiones de sectores muy conservadores y todo lo que se había logrado desapareció.

-¿Cuáles grupos?

-Son quienes pretenden una familia patriarcal, donde el varón es jefe y la mujer depende económica y afectivamente. Y los hijos, obedecen. Hoy hay diferentes formas de familia (una mujer sola con hijos o un varón solo con hijos, por nombrar algunos), pero en los libros de lectura aparece sólo la familia patriarcal.

-¿Qué tiene que ofrecer la escuela mixta para no ser sólo un lugar donde chicas y chicos estén juntos?

-Nosotros nos referimos a la coeducación. En la escuela coeducativa se integran los aspectos femeninos y masculinos, hay un intercambio. En el jardín se intenta que los chicos cambien los roles, que las nenas no estén sólo en la cocinita y los varones en los autitos. En los países avanzados tanto varones como niñas tienen que aprender economía doméstica, una materia que cuando existía en Argentina era sólo para mujeres.

-¿Cómo se entiende que el gobierno de Estados Unidos esté apoyando la creación de escuelas públicas diferenciadas por sexo?

-Con la presidencia de (George W) Bush, Estados unidos retornó al conservadurismo, entonces estimulan desde el gobierno la segregación de sexos. Esta política no tiene un argumento claro. Dicen querer evitar un contacto sexual precoz y postulan evitarlo separando a los chicos en la escuela. Pero es al revés. Las chicas que fueron a colegios de niñas tiene una curiosidad por la sexualidad más fuerte porque fueron reprimidas, en cambio las que fueron a escuela mixta tuvieron más libertad.

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