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 sábado, 14 de febrero de 2004

Nuevos rumbos en la capacitación
Cada vez son más los maestros que estudian en la universidad
Buscan especializarse en alguna disciplina y hasta "regalarse" nuevas motivaciones para enseñar

Mientras la capacitación de los docentes sigue siendo un tema de debate en distintas esferas, miles de maestros ya desembarcaron en la universidad buscando nuevos rumbos para su profesión. Las razones son muchas, desde especializarse en alguna disciplina, encontrar razones teóricas a las prácticas del aula y hasta "regalarse" una motivación nueva para estar frente a la clase.

Alejandra Romagnoli es una de esas maestras. Enseña desde hace más de 20 años en escuelas primarias, actualmente en el Colegio Parroquial Nº1.345 de Pujato. Este año terminará de cursar el último tramo de la Licenciatura en Calidad de la Gestión Educativa en la Universidad del Salvador.

Según relata, se decidió a ingresar a la universidad ante la necesidad de encontrar nuevas respuestas a su tarea pedagógica. "Desde 1994 participo con docentes de la Universidad Nacional de Rosario en un proyecto de investigación y transferencia al aula, allí me di cuenta que necesitaba una mejor base conceptual en mi profesión", dice Alejandra.

Tranquila, segura, la maestra se muestra orgullosa de su trabajo, que cada año la encuentra enseñando matemática y ciencias en "los grados superiores", tal como le gusta llamar a los docentes a los 6º y 7º años de la EGB. En voz alta reflexiona y da su visión sobre cómo aprenden ahora los chicos y las nuevas exigencias que impone el conocimiento. "La universidad me permite ver el mundo de otra manera", concluye sin desestimar su formación del profesorado.

Además, para el bolsillo docente estudiar en la universidad implica una inversión en tiempo y dinero, que por lo general escasean para el sector. "Las ganas de superarme las tuve siempre, tomo a mis estudios como una inversión, pero además como un regalo que me hago a mí misma", confiesa Alejandra al final de la charla.

La demanda de los maestros de estudiar en la universidad sumó carreras, y las adaptó en sus planes a los nuevos requerimientos. Un ejemplo lo constituye la Universidad del Salvador (Usal) con sede en Rosario. En este ciclo cumplirá seis años desde que hizo pie en la ciudad. La Usal tiene sede en el Colegio La Salle y ya cuenta con más de 2 mil alumnos; el 90% de ellos son docentes. La mayoría de las carreras que allí se dictan son licenciaturas para este sector.


Investigación y teoría
Las razones de este fenómeno hay que buscarlas en varias direcciones. El coordinador académico de la Usal, José Romero, lo atribuye en primera instancia a una demanda de profesionalización propia de los maestros, expresada muchas veces en los requerimientos de capacitación.

"La maestra tradicionalmente confiaba más en sus atributos personales para dar la clase. Tenía una fuerte autoestima y confianza en sí misma. Pero la reforma educativa del 90 se impuso sin preguntar y esa autoestima se perdió", afirma Romero como para empezar a delinear una respuesta a esta necesidad de estudio que piden los maestros.A esta imposición se sumaron otras normativas explicitadas como los requerimientos concretos de titulaciones para dar clases en determinados niveles, la reconversión de carreras y áreas de enseñanza.

Más allá de lo puntual que llegó con la ley federal de educación, los maestros encontraron en la universidad razones puntuales para ingresar a ella. "Es verdad que los institutos superiores del profesorado tienen una gran fortaleza, pero la universidad les aporta a los maestros una metodología de investigación, herramientas para sistematizar la experiencia que tienen en el aula y un marco teórico propicio para su trabajo", agrega Romero, también profesor de la Usal.

Para él cuentan otras razones tan importantes como las académicas y que corren por el lado afectivo. "La universidad es un lugar de encuentro, de contención, una experiencia diferente a la capacitación conocida". Según considera, a su vez la universidad se beneficia con sus alumnos docentes. "Se mezclan dos culturas, la universitaria y la del profesorado, de ambas -concluye- nace un nuevo proyecto público".

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