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 sábado, 31 de enero de 2004

Mensaje intimidatorio del dueño de una bailanta y de dos policías
Acusado por ruidos molestos, un bolichero fue a la casa de su denunciante paradecirle que podía "pasarle algo". Lo hizo en una patrulla de la 24ª con dos agentes

"No sé cómo te arriesgás. Mirá que te puede pasar algo". María Marconi, de 67 años, recibió esa velada amenaza luego de que denunciara en la seccional de policía de Granadero Baigorria los ruidos molestos que provenían de una bailanta instalada en un galpón lindero a su casa. Quien pronunció esa frase desafiante era uno de los organizadores del boliche que, sugestivamente, estaba acompañado por dos uniformados. La escena ocurrió un día después de que la denunciante dejara constancia de los problemas de inseguridad que le causaba el baile. La vecina se sintió más que intimidada y entonces ayer radicó una denuncia en la Fiscalía Nº1. "Me siento muy mal, pero voy a luchar porque considero que fui agredida", contó ayer a La Capital.

Los problemas para María comenzaron hace un par de meses cuando abrió en un galpón lindero a su casa un boliche, que tiene su ingreso por calle Liniers al 1300. El local, según admitieron luego fuentes policiales, carecía de la necesaria habilitación municipal. Pero los problemas para esta vecina no se centraron sólo en el excesivo volumen de la música.

Marconi contó que era frecuente que la gente que asistía al local se pasara a su terreno como si nada. "Era un escándalo, me sentía insegura. Imagínese, con gente que se metía en mi casa", narró la mujer. Fue entonces cuando decidió radicar una denuncia en la seccional 24ª por ruidos molestos y también para pedir vigilancia. El temor de Marconi estaba fundado: vive sola y el desfile de público por los fondos de su casa era un hábito de fin de semana.

"Fui a pedirle a la comisaría mayor seguridad", contó María. Eso ocurrió el viernes y recibió de parte del titular de la seccional le dijo que iba a atender el reclamo. Pero lo más grave sucedió el sábado a la noche. Cerca de las 22 apareció por su casa, en Brown al 700, un patrullero de la 24ª, del cual bajaron dos uniformados y un hombre joven que terminó siendo el encargado de la bailanta.

María recordó que el civil, al que reconoció como uno de los organizadores del boliche, le dijo que retirara la denuncia, que el baile tenía por objetivo recaudar dinero para viajar a Cosquín. María le respondió que no tenía problemas, pero les pidió seguridad porque se pasaba gente para su casa y eso le daba miedo.

Al final, Marconi escuchó una frase terrible: "Dejalos. Cómo te arriesgás, mirá que te puede pasar cualquier cosa". La mujer quedó estupefacta frente a la amenaza. "Fue tremendo. ¿Cómo el encargado de un local va a ir con dos policías a amenazar a una mujer?", se preguntó Marita Fernández, hija de María.

La cuestión no quedó allí. Tras la amenaza, esa misma noche el local bailable duplicó el volumen de la música, lo que para María fue una provocación. Cansada por el escándalo, Marconi volvió a llamar a la policía. "El ruido era insoportable, por eso acudió al Comando. Desde allí le dijeron que tenía que llegarse hasta la comisaría, pero eran la una de la madrugada y la seccional está a varias cuadra. Por eso mi mamá no concurrió", agregó Fernández.

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Marconi denunció a la bailanta de Baigorria.

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