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 sábado, 31 de enero de 2004

Una fatal falla cardíaca mientras seguía a ladrones
Un carpintero fue detrás de unos chicos que le robaron la bicicleta a una nena. Y murió persiguiéndolos

Una decisión arriesgada, signada por el deseo de reparar una injusticia, le costó la vida a Luis Ghirardello. Mientras perseguía por el barrio Plata a dos muchachos que habían robado una bicicleta, una dolencia cardíaca que arrastraba desde hacía varios años le jugó en contra. Sufrió un paro cardíaco fulminante y se desplomó sin vida sobre una zanja cubierta con aguas servidas.

Ghirardello era un carpintero de 53 años y desde hacía más de 30 años vivía en una casa de Thorne al 5400. Estaba casado y tenía tres hijos. A su cuarta hija la había perdido tres años y medio atrás. Como coincidencia triste, la vida de la chica se apagó también por una afección cardíaca.

Cerca de las siete y media de la tarde del jueves, Luis no le dijo nada a la mujer desesperada que encontró en el cruce de Avenida del Rosario y Francia. Beatriz Peralta alcanzó a balbucear que a su hija de 12 años le habían robado su bicicleta de paseo estacionada en la vereda mientras las dos mujeres estaban en una zapatería de Ovidio Lagos 5352.

Apenas supo del atraco, Peralta había salido corriendo en forma instintiva tras los pasos de los dos pibes de unos 15 años que escapaban montados en el rodado. "La mujer salió a la deriva y, cuando llegó a esa esquina estaba obnubilada, sólo atinó a pedirle ayuda al hombre (por Ghirardello)", explicó una fuente policial.

El carpintero escuchó y sin responder ni una palabra subió a su bicicleta y se marchó. Resignada a la pérdida, Beatriz emprendió el regreso a su casa de Estación el Gaucho. Unos minutos después, se enfrentaría a una escena dramática.

Ya para entonces Luis perseguía a los ladrones. El carpintero fallecido venía por Iriondo y unos metros más adelante circulaban los dos adolescentes en la bicicleta de la nena Uno de ellos llevaba una pistola. Cuando llegaron a Las Flores doblaron hacia el oeste. Ghirardello también intentó girar, pero cayó pesadamente de la bicicleta sobre una zanja situada en la ochava noroeste.

De allí lo levantaron dos vecinos que lo apoyaron sobre el pavimento. Una mujer le lavó la cara embarrada. Enseguida se acercaron varias personas de la barriada que intentaron auxiliarlo porque la ambulancia del Sies no llegaba. "Le pusieron una máscara de oxígeno y un muchacho intentó reanimarlo", explicó Luis, que fue uno de los primeros que corrió a socorrerlo cuando ya estaba inconsciente.

Todo fue en vano. Su rostro se empalideció, sus ojos se fueron cerrando con lentitud y abrió la boca como buscando aire. Más de media hora después, cuando el móvil sanitario apareció, Ghirardello había muerto. Cuando Beatriz llegó al lugar divisó a varios vecinos arremolinados en torno al cuerpo inerte de Luis y entonces se detuvo sin saber que se trataba del hombre que un rato antes la había ayudado.

Allí, junto al cadáver de Ghirardello estaba la bicicleta de su hija que los ladrones habían dejado abandonada para continuar el escape a pie. La recogió y regresó a su casa. Aturdida, no podía entender muy bien lo que había ocurrido.

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Luis Ghirardello cayó sobre la zanja.

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