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 sábado, 31 de enero de 2004

Es la primera provincia en el país en crear un Ministerio de Asuntos Hídricos
Aguas: Santa Fe tendrá un plan maestro
La nueva cartera buscará articular una política integral en temas hídricos y avanzar en un nuevo marco jurídico

Claudio Berón y Alvaro Torriglia / La Capital

Santa Fe es la primera provincia del país en crear un ministerio dedicado exclusivamente a la política hídrica y será la segunda en diseñar un plan maestro para el manejo de las aguas, a partir de la decisión del gobierno de Jorge Obeid de crear el Ministerio de Asuntos Hídricos.

La dramática experiencia de la inundación en la capital provincial y los problemas de anegamientos que sufre una vasta porción del territorio provincial, con graves afecciones en la producción agropecuaria, llevaron al Ejecutivo tomó la decisión de tomar la política hídrica en la provincia como una política de Estado. Al frente estará Alfredo Raparo, un productor que perdió 1.800 hectáreas por las inundaciones en La Picaza. Será el encargado de convertir a la cuestionada Dirección Provincial de Obras Hidráulicas en un ministerio con peso propio.

Para eso comenzó a negociar, a partir del presupuesto heredado de esa dependencia y del Servicio Provincial de Aguas Rurales, un aumento de partidas para solventar la estructura y las nuevas tareas del ministerio, que deberá actuar en distintos frentes: la planificación y ejecución de obras en el marco de un plan integral, la creación de un sistema de información confiable, la implementación de sistemas de alerta temprana y planes de contingencia, y la conformación de un nuevo marco legislativo que regule el manejo de las aguas y el uso del suelo.

"Hay mucho por hacer y no todo se podrá realizar en esta gestión, pero la decisión de crear un ministerio para este tema es muy audaz e incluso está siendo seguida de cerca por el gobierno nacional", señaló Raparo, quien explicó que Santa Fe es en materia hídrica "una de las provincias más complejas del país porque recibe agua de otras provincias y por la diferencia entre sus diferentes regiones, el sur con una topografía particular, el centro donde hay casi como una minisierra de Córdoba, los bajos submeridionales y las cuencas como las del Saladillo, Ludueña y Salado, todas con su propia problemática".

El desafío principal del ministerio será sentar las bases de un plan maestro que fije el rumbo de la política hídrica. "Hasta ahora Buenos Aires es la única provincia que lo tiene y llevó muchísimos años hacerlo, vamos a tratar de organizar todos los canales que no están bien registrados, sus aportes y sus áreas de riesgo, partiendo de una política macro para después incluir los temas de cuenca y luego instrumentar el plan específico", explicó Raparo.

-¿El ministerio se va a ocupar exclusivamente de realizar estudios y proyectos o manejará el presupuesto y la decisión sobre las obras que estaban antes bajo la órbita del Ministerio de Obras Públicas?

-Las obras y las licitaciones las vamos a manejar nosotros, con excepción de la ciudad de Santa Fe, donde está el ente de reconstrucción. Con Obras Públicas mantendremos un fluido contacto, sobre todo en temas donde se trabaja con Vialidad, por ejemplo el alcantarillado. La idea de Obeid es que el ministerio sirva para dar una respuesta más rápida a la problemática hídrica, que la que podía tener una Dirección.

-Una Dirección que fue objeto de serios cuestionamientos. ¿Habrá cambios?

-Es una dependencia complicada por todo lo que pasó con las inundaciones. Pero hay que decir también que el problema hídrico superó a la estructura que tenía. Las catástrofes en la provincia han generado una conciencia sobre la necesidad de tener una política integral, que históricamente no había. En Santiago del Estero, por ejemplo, sólo en la dirección de riego hay una planta de mil personas. Acá hay delegaciones en distintos puntos de la provincia que son unipersonales, que en muchos casos trataron de ayudar como pudieron. Como afectado yo estuve del lado de los cuestionadores pero ahora estamos en esta responsabilidad y seguramente que hay una gran cantidad de componentes que pensamos mejorarlos y hacer esta dependencia más efectiva. La nueva estructura permitirá además acometer un abanico de tareas ya que además de atender situaciones de emergencia que se plantean, se trata de elaborar planes, actualizar información que se había dejado de generar, pelear fondos a nivel nacional.

-¿Las obras que ya están licitadas o en marcha se van a revisar?

-No, primero porque son necesarias y, segundo, porque con la evolución que tienen no se podría dar marcha atrás. La gran mayoría está en proceso de ejecución o adjudicación. La transición debe ser lo menos traumática posible. No tiene sentido decir: a partir de ahora estamos nosotros.

-¿Qué presupuesto van a manejar?

-Todavía se está definiendo el número. En principio, el que ya maneja Hidráulica. Santa Fe tiene asignados 100 millones de pesos del Fondo Hídrico. Hay obras en marcha en la línea Paraná, movimientos de suelos en el área central, alcantarillas en el Sur, las obras de La Picaza. Hay un compromiso de varios millones de pesos para que los comités de cuenca puedan construir este año las alcantarillas. Hay un espectro muy importante en obras. Entre todo suman unos 190 millones de pesos. Fondos nacionales e internacionales hay. Está en nosotros saber presentar los proyectos. Otro tema al que le queremos dar un perfil más alto es el que tiene que ver con las obras de agua potable y saneamiento de pequeñas localidades. El drama de los inundaciones a veces hace perder de vista que hay una porción muy grande en toda la franja oeste de la provincia, de localidades que no tienen servicio de agua potable o que no la tienen con la calidad que se requiere. Y hay poblaciones que hoy están sacando el agua de la napa pero ¿qué va a pasar en unos años?

-¿Se va a impulsar el proyecto de llevar agua desde el Este?

-Vamos a analizar ese tema pero no quiere decir que sea la alternativa que se elija. Los acueductos son obras muy costosos por eso también vamos a manejar alternativas. Hay que tener en cuenta que los recursos no son ilimitados y las necesidades son permanentes. Ahora estamos discutiendo excesos de agua y a lo mejor en pocos años, con lluvias normales, tenemos una urgencia por el efecto de los pozos de riego en el abastecimiento de agua en las ciudades, como ha pasado. La política hidráulica tiene que ver con los excesos y con la falta de agua. De hecho, las obras para paliar el tema de las inundaciones se tienen que hacer en tiempos de seca. Por otro lado, el clima no se puede manejar. Hay eventos que exceden las series históricas, pero pueden ocurrir. En otros tiempos se hubiera pensado que volcar recursos a atender esas hipótesis de conflictos sería malgastar la plata. Hoy, después de lo que se sufrió, hay otra conciencia sobre el tema.

-Uno de los temas críticos en esto es el de la información.

-Vamos implementar un sistema de información geográfica, que llevará tiempo. Cada una de las cuencas tiene problemáticas distintas, hay que recopilar series históricas, generar una masa de información que respalde los proyectos. También se necesita formar gente, que tenga conocimiento pleno del tema y pueda tomar decisiones. Otro tema es escuchar a la gente del lugar y tener una política transparente. Lo vivimos en La Picaza. Si todos manejamos la misma información, aprendemos a leer los datos críticos y nos familiarizamos con el tema, habrá menos malos entendidos, menos obras que se dejen de hacer por malentendidos mediáticos. En todo caso, nuestra tarea va a estar enmarcada en la política de libre disponibilidad de la información.

-¿Van a dar participación a los comités de cuenca y a las comisiones de afectados?

-Sí. A pesar de que a veces fueron criticados por salir a hacer canales en forma medio anárquica, los comités de cuenca son una herramienta fundamental. Sí hay que sincronizar y articular las obras en una política integral.

-Se criticó en su momento una suerte de "monopolio de consultoría" por parte de la Universidad del Litoral.

-Vamos a trabajar con todos. Con respecto a Rosario, queremos fortalecer la delegación. Y vamos a trabajar con profesionales rosarinos que son muy reconocidos.

-¿Cómo van a trabajar respecto de los conflictos con otras provincias? Por ejemplo, el taponamiento de la alternativa norte para La Picaza.

-Los tiempos políticos cambiaron y más que en conflicto ahora estamos en un nivel de diálogo.

-El otro frente es el ordenamiento jurídico. Hidráulica tenía limitaciones para actuar en el caso de canales clandestinos.

-El tema del ordenamiento jurídico también nos compete. Un tema pendiente es la redacción de un Código de Aguas, una ley estricta que contemple las distintas situaciones que se dan en la provincia y que generen el marco de un poder de policía. Hay una ley de solución de conflictos pero se necesita el código. Las provincias semiáridas fueron las primeras en hacerlo justamente porque les escaseaba el recurso mientras que las que no tenían ese problema no generaron regulaciones estrictas en la materia. Es momento de empezar a hacerlas.

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Alfredo Raparo estará al frente de Asuntos Hídricos.

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