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 miércoles, 05 de noviembre de 2003

Brusco giro en la investigación de un caso de presunto gatillo fácil
Catorce meses después, detuvieron al policía que mató a Carlos Gauna
Lo ordenó un juez que tomó el caso hace apenas una semana. Otro magistrado había archivado la causa

Jorge Salum - María Laura Cicerchi / La Capital

Un agente del Comando Radioeléctrico fue detenido ayer y acusado del homicidio de Carlos Angel Gauna, de 19 años, víctima de un episodio que la policía presentó como un enfrentamiento a tiros con supuestos delincuentes y que los familiares del joven denunciaron como un caso de gatillo fácil. Junto con el agente también fue arrestado un suboficial que lo acompañaba cuando mató a Gauna, y que ahora está acusado de haber instigado o de no haber intervenido para evitar el homicidio.

Los dos policías ya fueron interrogados ayer por el juez de Instrucción Jorge Eldo Juárez, el mismo que ordenó detenerlos apenas una semana después de hacerse cargo provisoriamente del caso. Sin embargo, los policías se abstuvieron de responder a las preguntas del magistrado y se remitieron al acta policial, curiosamente un documento que ellos mismos confeccionaron con su propia versión sobre el hecho.

Las detenciones fueron celebradas como una victoria por los familiares de Gauna, quienes llevan más de un año exigiendo pacíficamente una investigación profunda del caso con la convicción de que sólo así se probará que el chico fue víctima de una ejecución sumaria y la impunidad policial.

“Estoy muy satisfecha por la decisión del juez Juárez. Siempre pedí que la Justicia investigara y aunque ya había pasado mucho tiempo, todavía tenía esperanzas de que la verdad sobre la muerte de mi hijo finalmente se conociera. Ahora esas esperanzas se renuevan”, dijo ayer a La Capital Gladys Gauna, la madre de Carlos.

Gauna estaba en la Carpa del Dolor, que familiares de víctimas de distintos casos policiales montaron frente a los Tribunales para protestar contra la impunidad, cuando el abogado Carlos Varela le contó sobre las detenciones. En ese momento se abrazó a su marido y su madre y lloró desconsoladamente mientras otros padres, de otras víctimas, lo asumían como un acto de justicia.

Varela también recibió la noticia con beneplácito. “Esta decisión ayudará a que la gente vuelva a creer en la Justicia. Además, es una retribución para los esfuerzos y el sufrimiento de una familia que sólo reclama que este caso no quede impune”, reflexionó.

Los policías detenidos son Rubén Darío Blanco y Carlos Antonio Gómez. El primero es el que abrió fuego contra Gauna y el segundo estaba al mando de la patrulla del Comando Radioeléctrico que intervino en el episodio.

Gauna recibió un balazo en la cabeza cuando estaba en los fondos de una fábrica cerrada, en Larrea 563. Murió cuando una ambulancia del Sies lo trasladaba al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez. El hecho ocurrió alrededor de las 17.30 del 8 de agosto de 2002 y los policías acudieron al lugar porque un vecino denunció que se estaba produciendo un robo.

La investigación del caso recayó en manos del juez de Instrucción Luis María Caterina, quien desde el primer día aceptó como cierta la versión de los policías. Según ellos, Gauna había resistido la voz de alto y había abierto fuego contra Blanco, quien repelió el ataque y lo hirió de muerte.

Sin embargo, esta hipótesis siempre tuvo puntos oscuros y lo peor es que no se investigó. Uno de ellos es que según la familia de Gauna el chico no estaba armado y por lo tanto jamás pudo haber disparado contra el policía. El único testigo que avaló la versión de Blanco fue el vecino que llamó al Comando Radioeléctrico. Todos los demás, en cambio, dijeron haber escuchado sólo los disparos del agente.

Lo más llamativo es que el juez Caterina nunca interrogó a Blanco y Gómez sobre el hecho. Por esa razón, su versión jamás fue confrontada con la de los testigos. Como consecuencia de esta omisión, los policías no tuvieron que explicar aspectos muy oscuros del episodio, incluso algunos en los que su versión se contradice abiertamente con la de los testigos.

Uno de los hechos sin una explicación razonable es el misterioso hallazgo de un arma en el lugar donde cayó herido Gauna. Si bien ninguno de los testigos la vio cuando fueron a socorrer a la víctima, los policías dijeron haber encontrado un revólver calibre 38 en un “segundo rastrillaje”, cuando en el lugar sólo estaban ellos. Los familiares siempre sospecharon que simplemente la plantaron para poder armar la versión del enfrentamiento y justificar el homicidio cometido por Blanco.

El detalle del arma fue uno de los indicios que siempre tuvo en cuenta el juez Caterina para dar por cierta la versión policial y archivar el caso sin acusar a Blanco. Pero también fue uno de los puntos sin aclarar en los que puso énfasis la Cámara Penal para ordenar a Caterina que reabriera la causa y profundizara la investigación.

Hace diez días, cuando los camaristas Rubén Jukic, Guillermo Fierro y Antonio Paolicelli revocaron la decisión de Caterina, el juez se excusó de seguir al frente de la causa y se la giró a su colega Jorge Eldo Juárez. Ahora este magistrado sostuvo que a su juicio no hay razones para que Caterina no siga investigando, pero al mismo tiempo dijo que mientras la Cámara decide quién de los dos continuará al frente de la causa era necesario tomar algunas medidas urgentes para no frenar las pesquisas.

”Mi intervención es provisoria y las medidas que ordené intentan dar una respuesta a la sociedad, que necesita conocer la verdad sobre episodios como éste”, dijo Juárez a este diario. El magistrado aclaró sin embargo que esto no excluye la posibilidad de un fallo absolutorio para los policías al cabo del juicio.

Además de detener e indagar a los policías Blanco y Gómez, Juárez impulsó otras medidas que a lo largo de más de un año de investigaciones jamás se habían tomado. Una de ellas fue enviar a expertos de la Policía Científica de la Gendarmería Nacional al lugar del hecho para constatar si delante del muro desde donde Blanco abrió fuego contra Gauna había impactos de bala. Los peritos no encontraron ningún impacto, lo cual refuerza la hipótesis de que Gauna jamás disparó ningún arma contra el policía.

En los próximos días habrá más pericias e incluso se hará la reconstrucción del hecho, una medida que los familiares de Gauna pidieron desde el primer día y que nunca se había ordenado. Además, Juárez citará a declarar a personas que ya testificaron y convocará por primera vez a un par de testigos que hasta ahora nunca hablaron



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