| | sábado, 23 de agosto de 2003 |
La ancestral coquetería femenina
El diálogo fue en los pasillos de la Facultad de Derecho. La candidata a vicegobernadora por la fórmula de Jorge Obeid se encontró con una vieja amiga. La secretaria del decano Ricardo Silberstein y María Eugenia Bielsa no pudieron con su genio femenino y conversaron largo rato sobre cuestiones íntimamente vinculadas con su género. "Qué delgada estás", fue el elogio inicial que recibió la hermana del canciller y el director técnico de la selección argentina. "Empecé una dieta", confesó la arquitecta, cuya personal belleza no deja de provocar elogios entre la platea masculina. "Es que tanta exposición pública no permite descuidos", amplió. Y si no, que lo diga Lilita.
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Yo soy el mejor y no lo escondo
Esteban Borgonovo tiene muy clara su apuesta política. Y confianza no es precisamente lo que le falta. De todas maneras, el candidato a la vicegobernación santafesina por la fórmula que encabeza Alberto Hammerly y patrocina Carlos Alberto Reutemann no pierde ninguna oportunidad de hacer proselitismo. Y para ello no sólo utiliza su reconocida capacidad dialéctica: hasta el vidrio trasero de su coqueto automóvil sirve a sus propósitos propagandísticos. Al menos eso es lo que pensaron quienes descubrieron la calcomanía que ostenta: "Hammerly gobernador, Reutemann senador", reza el plástico. Las lealtades no tienen por qué esconderse.
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Un hombre que vuela alto (y lejos)
Fernando Bondesío ha tenido días difíciles. El ministro de Salud santafesino, tal cual es su costumbre, optó por el perfil alto a la hora de enfrentar el conflicto suscitado en el Hospital Provincial y los nubarrones de tormenta volvieron a cernirse en torno a su controvertida figura. Atento a lo comprometido de su situación, el hombre optó por una retirada estratégica. Ayer, al menos, se lo vio tomando a toda velocidad un cortado en el bar del aeropuerto de Fisherton antes de abordar un avión con rumbo desconocido. Ministro prevenido vale por dos.
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Uno que ya no peina canas
El tiempo pasa y es mejor que no se note. Eso al menos es lo que el periodista gráfico intenta poner en práctica a la hora de disimular la nutrida población de canas que acecha en su cabeza. El hombre se jacta de haber conseguido el camouflage perfecto, y hasta se anima a dar el nombre y características del producto a sus amigos en noches donde la ingesta de bebidas alcohólicas no puede calificarse de moderada. De todas maneras, el dudoso color marrón que luce en el cráneo sólo puede surtir efecto bajo la pésima iluminación de algunos boliches nocturnos. Conocedor del problema, nuestro hombre evita ser visto en pleno día. Algo que, por otra parte, nunca le costó demasiado. |
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 | "Se ha hecho una norma en nosotros abrocharnos el saco"
Ricardo López Murphy
Líder de Recrear, ayer en Rosario | Ver noticia  | |
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