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 miércoles, 20 de agosto de 2003

Un crimen roza al hijo del vocero de Alfonsín
Pablo López será indagado por la muerte de Jimena Hernández. Su padre es el periodista José Ignacio López

Buenos Aires.- El hijo de José Ignacio López, ex vocero de Raúl Alfonsín y actual miembro del Diálogo Argentino, será indagado hoy, por primera vez, imputado por el homicidio de Jimena Hernández. El crimen que se investiga fue descubierto hace más de 15 años cuando el cadáver de la nena, que tenía 11 años, apareció dentro de la piscina del colegio Santa Unión de los Sagrados Corazones, en el barrio porteño de Caballito.

Pablo López fue citado por el juez en lo criminal de instrucción Mauricio Zamudio, quien investiga el homicidio de la nena ocurrido el 12 de julio de 1988.

Por su parte, el ex vocero presidencial aseguró que la versión sobre la participación de su hijo en el caso forma parte de una "campaña de difamación" iniciada por la madre de la nena asesinada.

Los investigadores del crimen de Jimena sospechan que Pablo López se fue de la Capital Federal unos días después del homicidio y se escondió en el Obispado de la localidad de Añatuya, en Santiago del Estero.

La sospecha surgió de la declaración de un testigo de identidad reservada quien aseguró que el hijo del ex vocero presidencial, que se desempeñó como seminarista en el colegio Santa Unión, se encontraba los días posteriores al crimen en la localidad situada a 150 kilómetros de la capital santiagueña.

La causa estuvo a punto de prescribir el 12 de julio de 2000, cuando se cumplieron 12 años de tramitación, pero la Justicia aceptó un pedido de los padres de la niña para continuar con la investigación.

Seis personas estuvieron imputadas por el crimen pero ninguna de ellas fue detenida por ninguno de los cuatro jueces que tuvo la causa. Ellas fueron Oscar Bianchi -sindicado inicialmente como el autor material-, los guardavidas Hernán Fusco, Gerardo Paradela, Mario Alvarez y Miriam Squaglia y el ex director del colegio, Jorge Sobrino. Los seis fueron sobreseídos en 1995 por el juez Zamudio, quien consideró que no había elementos para procesarlos por el asesinato de la niña.

La causa cambió de rumbo con la declaración de un testigo de identidad reservada. Este hombre declaró al juez Zamudio que Pablo López, de entonces 22 años, estuvo escondido en el Obispado de Añatuya de Santiago del Estero.

El ex vocero de Alfonsín aseguró que su hijo "nunca estuvo escondido en Añatuya" y destacó que "jamás concurrió al colegio Santa Unión ni fue seminarista". El ex funcionario desacreditó la versión que involucra a su hijo, la cual adjudicó a sectores carapintadas del ejército en 1988.

Para el padre de la víctima, Jorge Hernández, el homicidio y el posterior encubrimiento del crimen de su hija se debió a que el colegio funcionaba como un depósito de drogas y Jimena vio algo que no debía. El hombre estuvo detenido en julio del 2000 por disposición del juez Omar Fasciuto, quien lo condenó por calumnias e injurias en un juicio que le inició el abogado Carlos Wiater, quien representó a la madre de la nena. (Télam)

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La nena muerta en un colegio porteño.

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