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 miércoles, 13 de agosto de 2003

Mucho arrojo y poco rédito de un robo en Urquiza al 1100 a una hora pico
Asaltados y encerrados en la veterinaria
Clientes, empleados y hasta un perro fueron confinados en un baño por dos ladrones, uno de saco y corbata

El perro labrador quedó enjabonado, temblando de frío. El empleado de la veterinaria que lo bañaba tuvo que acatar las órdenes sin siquiera secarse el agua de las manos, cubiertas de espuma blanca. Su compañera y dos clientes más también fueron sorprendidos y encañonados en el salón del negocio. La secuencia duró menos de cinco minutos y culminó con todos juntos, incluidos la mascota y una mujer que llegó a último momento, encerrados en un baño por dos delincuentes que irrumpieron en Mundo Animal, una veterinaria ubicada en Urquiza entre Sarmiento y Mitre, de donde se llevaron unos 300 pesos.

Afuera, en la calle, a pesar de la hora pico y de la gran vidriera que posee el local, nadie vio huir a los asaltantes y el robo pasó desapercibido para los peatones que circulaban alrededor de las 19.50 del lunes. El dúo de maleantes entró al local cuando se encontraban en el salón Florencia -la novia del dueño- y un cliente que compraba comida para perros. En la parte trasera del local, donde funciona una peluquería canina, otro empleado bañaba a un perrito labrador.

Los delincuentes entraron a paso firme. Uno vestía traje azul o gris con corbata; el otro una campera de cuero tipo "aviador". Cinco minutos antes, Rodolfo Maestro, el titular del negocio, se había retirado con la recaudación del día. "Entraron directamente con el chumbo apuntando para arriba, no se molestaron en disimular ni esconder el arma.", recordó Florencia. Así encañonaron a la muchacha y a un cliente que llegó al lugar en busca de alimento balanceado. "Ahora para atrás", les ordenaron a las víctimas, mientras les escarbaban los bolsillos y vaciaban la caja registradora.

En la parte trasera, el peluquero, que además es amigo de Maestro, trabajaba con la mascota de un vecino y también fue sorprendido. Los delincuentes no lastimaron a nadie, pero se mostraron algo nerviosos. Especialmente cuando descubrieron un teléfono celular y pensaron que las víctimas habrían intentado hacer una llamada. Hubo insultos, pero no golpes. Después cuando estaban por retirarse apareció en escena una mujer que llegó al negocio para comprar alpiste.

"Señora llegó en mal momento", fue lo que le dijo uno de los asaltantes al cruzarla en el medio del negocio. La desprevenida mujer también fue llevada a punta de pistola hasta el baño donde estaban el resto de las víctimas. Luego de unos pocos minutos, los hampones desaparecieron llevándose alrededor de 300 pesos que había en la caja. "Vinieron a buscar el dinero, porque ni siquiera tocaron otras cosas de valor. Había artículos y útiles de peluquería canina que son muy caros y los dejaron. La cartera de mi novia estaba intacta, igual que una calculadora muy valiosa. O eran inexpertos o vinieron sólo por el dinero", consignó Maestro.

Rodolfo y Florencia se mostraron sorprendidos por la impunidad con que se movieron los dos delincuentes por el local. Minutos antes de las 20, Urquiza al 1100, a dos cuadras del microcentro, presenta un movimiento constante de peatones y automóviles. Ya era de noche y el negocio tenía todas sus luces encendidas, incluido un juego de dicroicas que realzan aún más el interior. Cuando el ladrón de saco y corbata entró a la veterinaria, el supermercado ubicado casi al lado del negocio comenzaba a recibir el último aluvión de clientes del día.

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Nadio vio lo que ocurria dentro la veterinaria.

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