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 miércoles, 30 de julio de 2003

En campaña. Usandizaga volvió a la Departamental y se lanzó a la Intendencia
"Voy a ganar porque la gente es memoriosa"
El candidato atacó a políticos "fallutos" y "pechos frío"

Carlos Vallejos / La Capital

Horacio Usandizaga, quien regresó horas atrás de Europa, reunió anoche a su tropa (Convergencia) en la Departamental Rosario de la UCR para lanzar (por ahora tranqueras adentro, donde se le oyó decir que "los radicales de hace 40 años no son tan fallutos como los de ahora") su candidatura a la Intendencia de Rosario. Convergencia competirá en los próximos comicios en alianza con el PDP y Recrear. Otra línea radical irá con el PS. De perfil más prudente que otras veces, estuvo cuidadoso cuando se refirió a sus rivales internos, aunque deslizó con picardía que "hay muchos políticos a los que les es más fácil ser pechos frío". Dijo que quiere volver al Palacio de los Leones porque nunca fue tan feliz políticamente como cuando fue intendente.

-¿Es un retroceso político pretender volver a la Intendencia luego de tres intentos de ser gobernador?

-¡Por favor!, cómo va a ser un retroceso querer ser intendente de Rosario. Además, esta aspiración ya la había expresado públicamente a La Capital hace ocho años. Había dicho quería cerrar mi carrera política como intendente. Le digo por qué: fui feliz siendo intendente; tuve muchas satisfacciones, y por supuesto también problemas... con el sindicato (Municipal), con el Concejo, con el gobernador, con el presidente. Atribúyaselo a mi carácter: soy bastante confrontativo. Pero yo disfruté, porque un político disfruta de esta actividad cuando hace cosas, cuando puede dar respuestas. Aunque nunca me satisfizo, traté de cumplir con mi tarea legislativa porque fue una responsabilidad asumida. Incluso más que la de gobernador, a mí me atrae la tarea de intendente porque tiene un contacto casi permanente con el contribuyente, con el ciudadano. A mí me paraban en la escalera de la Municipalidad, hablaba con los vecinos, me peleaba, me aplaudían, aunque también me puteaban.

-No cree que le pueden reprochar el haber renunciado a la Intendencia?

-Todavía me lo reprochan. Pero no fue un error renunciar, sino haber dicho que si se daba tal circunstancia (si ganaba Carlos Menem la Presidencia en 1989) iba a renunciar. Me vi obligado a hacerlo porque mi padre me inculcó que la palabra hay que cumplirla. Cuando anuncié que iba a dimitir, un 27 de febrero en el Monumento a la Bandera, me olvidé de aquél refrán que dice que "el hombre es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras". Lamentablemente, una de mis virtudes no es precisamente la de la prudencia en mis dichos.

-¿También se arrepintió de haber facilitado la sanción de la ley de lemas?

-Me arrepentí a los tres meses, y no porque haya perdido las elecciones, sino porque me di cuenta que esa experiencia que pensé positiva no lo fue. Di mi aval porque pensé que era una solución a las internas feroces de aquel entonces. Nosotros luego presentamos un proyecto para su derogación y perdimos en la votación.

-¿Cómo piensa ganarle al PS?

-Sacando más votos.

-¿Y cómo sacará más votos?

-Apelando a la memoria de la gente. Creo que el socialismo no gobernó la ciudad tan bien como yo. Mi ventaja es que puedo afrontar la comparación sin recurrir a promesas facilistas. Ya fui intendente y la gente tiene la posibilidad de juzgarme por lo que hice, sabe quién es Usandizaga. Aunque hay gente que no me quiere... tuve que pelear mucho en política. A veces tenemos que pelear, aunque para muchos políticos es más fácil esconderse, les resulta más fácil ser pechos frío, pero no les va tan bien: ganan una elección pero después fracasan. Un viejo político siempre me decía que para esta actividad hay que tener algo acá (se toca la cabeza), algo acá (el corazón) y algo acá (señala los testículos), y en épocas difíciles como esta es más importante tener bastante más de lo de abajo que de lo de arriba.

-¿Por qué optó por ir en alianza con el PDP y Recrear?

-Es una decisión de Convergencia, a la que pertenezco. Incluso cuando regresé de mi viaje pregunté quiénes me acompañaban como concejal. Yo les dije que resolvieran las cosas como mejor lo estimaran. Lo único que aseguré antes de viajar era que sería candidato a intendente.

-¿Se siente traicionado por aquellos colaboradores suyos, como Santiago Mascheroni o Alberto Beccani, que decidieron ir a los comicios con el socialismo?

-Traicionado no, aunque no me cayó muy bien. En la política se dan esos reacomodamientos. El movimiento al que pertenezco, Convergencia, es de tranqueras abiertas, cualquiera puede entrar y salir. De todos modos hay casos muy particulares, que no nombraré, en que no me cayó bien la actitud asumida por algunos dirigentes. Cada uno hace lo que le viene en gana; no tiene por qué estar a mi lado quien no lo quiera, pero por qué hacer las cosas de espalda. Yo soy frontal, y tengo problemas por ello, no ando con medias tintas ni con medias palabras. Digo las cosas como las pienso y no engaño a los demás.

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El Vasco se molestó con los que se fueron.

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